Hay mayos que pregonan el verano, que anticipan el estío. Hay floraciones en los campos de olivar, acompañadas de calor intenso, que cada dos años coinciden con la celebración de una romería de indiscutida advocación jienense. Hay discursos cansinos que se repiten y estructuras anquilosadas que sacan brillo a lo antiguo para que el resplandor se confunda con la evolución, la innovación y la modernidad. Hay mentiras, así, que son verdad, y verdades fundadas en la mentira de una fe que nadie debiera cuestionar en su sano juicio sin poner en riesgo el sustento milenario y miserable de todo un pueblo. Y no hablo de religión, claro está, sino de aceite, aceite de oliva, en la semana de Expoliva.
Con las cartas boca arriba, en una jornada técnica organizada por Cajasol, es decir, La Caixa, hace justo una semana, en Sevilla, las grandes empresas, agrupadas en organizaciones patronales de industriales como Anierac y Asoliva, reconocieron sin ambages, ni sonrojarse, que no hay mayor, ni mejor, verdad oleícola que el granel, e Italia, su profeta. Seguir vendiendo a granel, sin envasar, sin embotellar, por los siglos de los siglos, a los precursores italianos, a los visionarioscatalanes -tipo Borges-, a los potentadosportugueses de Sovena –con oficina para España en Brenes-, o a sevillanos como Acesur o Migasa -ambas radicadas en Dos Hermanas-, que para el caso, para nuestro caso, para el caso que nos hacen, son la misma cosa: colonialismo.
Los industriales envasadores, a cara descubierta, describen con meticulosidad nuestras carencias, las de la provincia más productora del mundo, la Jaén productora y cooperativista: la desunión y la incapacidad de asumir más protagonismo en la rentabilización del valor añadido proveniente de la comercialización y la exportación; y en ellas asientan la consolidada –no sin turbulencias- prosperidad de su cuenta de resultados. Ellos, en gran medida, en porcentaje amplio, ponen marca a nuestro aceite de oliva y el resto lo revenden a granel a la industria alimentaria de las conservas, la pasta, la bollería o las patatas fritas, entre otras especialidades, sin que la producción autóctona, el productor jienense, perciba una parte ínfima de ese suculento apartado del negocio global.
Y pese a que no seamos nadie, y en tesituras vitales/cruciales no nos representemos ni a nosotros mismos, la experiencia propia de concentración de la oferta prosigue enriqueciéndonos, con sus matices, merced a la labor, en su mayoría encomiable, deJaencoop, Dcoop e Interóleo Picual Jaén. El enlace de campaña tras el verano se prevé tan escaso que los precios en origen tendrían que ir en progresiva alza hasta que arribe la próxima cosecha, pero ya se sabe que en este mundo la lógica siempre pende del relativismo aplicado por aprovechados y especuladores.
El aplauso ruin del colaboracionismo –la colaboración lugareña necesaria hacia quienes nos colonizan apropiándose de buena parte de nuestra principal materia prima- volverá a estar desvergonzadamente presente durante la inminente edición de Expoliva: desde el farsante que vende líneas continuas de molturación con patente extranjera y se arroga lecciones magistrales de calidad de su producto resultante –o cuando el suyo es sinónimo de excelencia- a las entidades financieras que sacarán a colación en sus estands la defensa del interés jienense cuando casi regalaron su participación en el gigante Deoleo, en lugar de abogar/apostar junto al Gobierno central por su españolización –con la única y honrosaexcepción, ausente de entrada del envite, de nuestra Caja Rural-. Mentiras que volverán a ser verdades.
Investida en ciernes
Hoy. Todos los agentes implicados, es decir los cinco grupos representados en Las Cinco Llagas, dan por hecho que Susana Díaz no logrará ser investida en primera vuelta. No obstante, los avances logrados por el PSOE a partir de aceptar el pacto anticorrupción propuesto por Ciudadanos abre el campo a las especulaciones verosímiles sobre la consecución del objetivo en segunda vuelta. Podemos niega cualquier posibilidad en primera votación pero no sería de extrañar que con mayores concreciones socialistas en materia de regeneración democrática barajasen la posibilidad de la abstención en la segunda intentona de unción parlamentaria de la candidata a la presidencia. El aparato del PSOE-A de los Cornejo y Conejo sueña con una segunda votación en el que C’s y Podemos se abstengan. Soñar, entretanto, cuesta dos llamativas repudiaciones –que a históricos como Felipe sientan como un tiro de gracia- y diversos actos de contrición frente a bancos, endogamias y oligopolios hasta ahora inimaginables por parte de los gobernantes socialistas de Andalucía. Veremos.
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