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Maneras de seguir

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Como un dolor eléctrico que recorre cuello y columna hasta diluirse, atenuarse, expansivamente por toda la espalda, septiembre es el retorno al ubio de diario del que apenas puedes sustraerte cada año unas cuantas semanas durante el verano, tan pocas que pueden contarse con los dedos de una mano. Septiembre representa la vuelta a las andadas, a las pisadas, a las líneas rectas y a las sinuosas, a los caminos sin salida, a los que conducen a ninguna parte, y a los atajos que, atenazados por las prisas, llamamos maneras de vivir. Te intentas hundir en el respaldo, dejarte engullir, desaparecer, pero su rígida ergonomía te condena a mantener una postura correctamente erguida, en actitud de alerta permanente. Se trata, en efecto, de septiembre y, de aquí en adelante, durante una densa y tortuosa temporada, sobrevendrán, de nuevo, retos, desvelos, proyectos… Maneras de seguir, de no sucumbir al desaliento de volver a equivocarte de curso en septiembre al rellenar el primer formulario. Agosto, todavía, nos permitía alguna licencia, escalofríos premeditados, como la manera de mojarse por una exhaustiva investigación acerca de la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), el éxito viral estival del reto del agua, al que se sumó el alcalde de Jaén con el entusiasmo y la determinación que le conocemos –el vídeo en las redes sociales bate records-, lanzándole a continuación –como es preceptivo- el órdago a otros personajes populares; en su caso, alarde de prudencia,un solo destinatario, el actor Santi Rodríguez, cuando ese cubo de agua, siendo agosto, reinando aún esa especie de anarquía política durante el mes inhábil que tanto me gusta, estaba predestinado, si José Enrique hubiera reparado en la intrascendencia histórica del envite, si hubiese tenido lo que hay que tener -¿más sentido del humor?- al socialista Paco Reyes. Como Dios es Cristo. Y éste, a su vez, hubiera nominado –cubazo al canto- al alcaldable del PSOE en la ciudad de Jaén.


2014-2015. 29 de agosto. Primer Consejo de Ministros tras las vacaciones. Nombramientos por doquier en el área económica. El ministro Luis de Guindos, candidato consensuado a presidir el Eurogrupo, mueve con frenesí sus peones: al uno lo manda a sustituir a la dimisionaria -a la fuerza- Magdalena Álvarez en el Banco Europeo de Inversiones, y, de inmediato, la portavoz del PP en la comisión de Economía del Congreso –Fernández de Moya lo es en el Senado- lo suple al frente del ICO. Otro a la OCDE, uno más al FMI, y todavía quedan nombramientos en la secretaría y en la nueva dirección general del Tesoro. La secretaría de Estado de Economía, vacante por unos días porque su titular se hace cargo de la dirección ejecutiva del FMI, pasa a manos de un Fernández de Mesa, Iñigo –no confundir con Arsenio, director general de la Guardia Civil- hasta entonces secretario general del Tesoro. En todo ese movimiento endiablado, ¿no pudo hacerse un hueco, como es su deseo, su ruego, su plegaria, al modélico y hacendoso –dentro de la gravedad- regidor del Santo Reino? La política puede llegar a ser tan ingrata como el amor despechado. Por lo tanto, así las cosas, nada impide ya a De Moya oficializar a finales de este septiembre que hoy nace que volverá a ser el cabeza de lista del PP dentro de 8 meses y veintitantos días.

...y resistir

En septiembre, tras completar su trapisonda sumarial elevable al Supremo, Alaya preimputa también a Gaspar Zarrías por el tristemente famoso caso de los ERE’s de Andalucía. Que el ex consejero de Presidencia llegue casi el último a la nutrida relación de ex gobernantes de la Junta, actualmente aforados, implicados en la supuesta trama instruida por la juez sevillana, desde Chaves a Griñán, pasando por Recio, Martínez Aguayo, Vallejo o Ávila, demuestra hasta qué punto las filtraciones de lo judicial a lo político y periodístico favorecieron que el juicio paralelo emprendido señalase clarísimamente las presunciones de culpabilidad. Alaya confirmó en agosto lo que la caverna mediática cacareaba desde muchos meses antes. Zarrías, vía Ruiz Mateos y Juan Lanzas, en el punto de mira.A Mar Moreno también se la preimputa por no poner coto a las arbitrariedades, pese a juramentarse para ello al acceder a la consejería de Presidencia. Para la derecha autóctona, en todo caso, la mera preimputación de Zarrías ya es un logro espectacular. 4 parlamentarios jiennenses del PSOE preimputados por la juez Alaya. Menudo filón para Moreno Bonilla que, por prescripción facultativa de Javier, su mentor, pasará de vez en cuando tres días seguidos en Jaén para ir cogiendo onda al liderazgo allá donde las órdenes de Arenas acostumbraban a llegar tarde, emboscadas, mal traducidas, y, por lo general, no se las solía hacer mucho caso.

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