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Esperando a Garzón, Godot y unos cuantos tapados

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Julio desparrama al viento confuso de un verano de contrastes térmicos y anímicos un puñado de titulares desabridos, desgastados, aburridos, insulsos. El ex juez Baltasar Garzón inaugura hoy, con Susana Díaz de compartiere, una nueva edición de sus cursos de verano en la localidad que le vio nacer, Torres, apenas diez días después de que el Gobierno de la Nación le denegase el indulto para reincorporarse a la carrera judicial. Garzón en Jaén, como siempre, se deja arropar/flanquear por Faramiñán y Marquitos, Faramiñán Gilbert y Gutiérrez Melgarejo, su mejor hagiógrafo en la UJA y el mayor adulador que tiene en su pueblo, respectivamente. Unas horas más tarde, mañana, se formaliza la constitución del nuevo pleno de la Cámara de Jaén y la designación de otro torreño, Manuel Barrionuevo, como presidente de la entidad de derecho público. Pero, a efectos prácticos, Garzón y Barrionuevo no se tratan desde que aquella bastarda cacería con el entonces ministro de Justicia de ZP, Fernández Bermejo, lo resituara en el ojo del huracán de la caverna mediática y una televisión nacional de ese espectro ideológico, de rastreo por Torres en busca de confidencias sobre el juez-estrella y sus amistades peligrosas, terminase tirando de la lengua a empleados y familiares de Barrionuevo en el hotel de su propiedad que preside el valle de Fuenmayor. En ese entorno, precisamente, tiene su chalé el miembro del Consejo Consultivo de Andalucía Marcos Gutiérrez, ex abogado de Ugt, apologista de Gaspar y el zarrismo, otrora candidato del PSOE a la alcaldía de Jaén, exponente paradigmático del declive acomodaticio de la corriente Izquierda Socialista al confundir la cabeza propia con el culo del aparato, y el paisano/amigo íntimo que Garzón tiene en Torres para descosidos, zurcidos, jaranas y proclamas.


Bien pues, de aquellos polvos de escandalera y dimisión forzada del ministro en febrero de 2009, cuando Garzón instruía el caso presunta corrupción de dirigentes del PP que le costó el cargo de magistrado, el distanciamiento entre Garzón y Barrionuevo, y la exclusión del hotel del segundo de la relación de establecimientos que alojan a los participantes en los cursos de Torres.  Desde entonces, pese al cierre del vecino hotel Almoratín, Puerto Mágina no ha vuelto a ser visitado por Garzón y sus allegados. Barrionuevo se consagra mañana como mandamás cameral, a partir de las ocho de la tarde, y con la presencia del consejero de Comercio y Turismo, Rafael Rodríguez. El economista Ariza bosquejó un plan de viabilidad posible y Mirian, la nueva gerente, colaborará con la institución sin cobrar sueldo en principio. Sobre el papel, a la luz de los focos, la consejería de IU y el Ayuntamiento capitalino respaldan, sin tener que poner trigo. Diputación y Caja Rural, que podrían ser decisivas para sacar a la Cámara de su complejo atolladero financiero, prefieren que las fotos se las hagan otros.


El ministerio de Hacienda del paisano Montoro da un respiro al ruinoso consistorio de Jaén flexibilizando las condiciones del préstamo concedido con el primer gran pago a proveedores, más de 200 millones de euros. Ampliación de la amortización de 10 a 20 años, carencia de 2 a 4 años, así como  la rebaja en 41 puntos básicos de los tipos de interés. El envés –o letra pequeña- del nuevo plan de ajuste, no revelado, podría traducirse en mayor austeridad  y recortes para el Ayuntamiento, aunque –con toda seguridad- a partir de las próximas elecciones municipales. El balón de oxígeno permitirá a De Moya y Contreras fijar una hoja de ruta para los diez meses venideros sin despidos laborales ni liquidaciones de sociedades públicas. José Enrique sigue queriéndose ir, pero la salida honrosa para un novio a la fuga se torna imposible. García Anguita prefiere el retiro soñado del Senado al reto de encabezar lista en los comicios locales. Márquez parece mirar ahora hacia otro lado. Lillo, omnipresente, si el sillón se pusiera a tiro, no descarta liderar el partido. Entretanto, en el PSOE, Calahorro está cada día más cerca de su nominación. Imprescindible en la delegación jiennense que este fin de semana ratificará el liderazgo de Pedro Sánchez, Fernando ya no se mete en charcos, ni se le ocurre apoyar a Pérez Tapias –como antes hizo con Planas-. Fernando Calahorro se limita, disciplinadamente, a esperar a Godot. En la reciente encuesta publicada –sin ficha técnica- por un periódico provincial, pagada por quién se juega más en este envite, elaborada por RC Report, también para La Razón y el PP, Calahorro no aparece, en contraste con el aprobado de Fernández Palomino y el suspenso de Valdivielso. Las casualidades, como las salidas dignas para un alcalde timorato, no existen.

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