Esta semana se ha clausurado en el hall de la Facultad de Trabajo Social la X Exposición de Fotografía Social de Cáritas Diocesana de Huelva, enmarcada en noviembre, formando parte de un conjunto de iniciativas que nos están sensibilizando y concienciando de la dura realidad de las personas sin hogar. Según los datos de esta entidad sin ánimo de lucro, 304 personas en Huelva viven en la calle, en infraviviendas o en chabolas. Si nos centramos en quienes se encuentran en los asentamientos (Moguer, Palos de la Frontera, Lucena del Puerto…) la cifra asciende a más de 2.000. Cáritas está desempeñando un Plan Estratégico, que se extenderá hasta 2018, cuyos ejes de acción están centrados en atender a los colectivos con mayor vulnerabilidad e impulsar las instituciones eclesiales, el voluntariado social o la participación ciudadana para la transformación de las estructuras generadoras de desigualdades. Trabaja desde diferentes áreas (familia, empleo, exclusión, formación, comunicación, y administración). Como equipamientos en nuestra capital, se encuentra el Centro Puertas Abiertas, donde desde su apertura en 1994 han atendido las problemáticas y carencias básicas de las personas sin techo y/o transeúntes (información, asesoramiento, recursos como duchas y ropero), que ha pasado a formar parte de la Casa de Santa María, que aborda desde un proyecto inclusivo e integral la acogida de hasta 15 plazas para personas sin hogar, que son atendidas en sus diversas necesidades durante las 24 horas del día. Por otro lado, para fomentar el comercio justo, el consumo responsable y la economía solidaria, está la Tienda de Cáritas. Si desean colaborar dentro de su Programa de Voluntariado, hacerse socia/o, o colaborar económicamente pueden dirigirse a la C/ Doctor Cantero Cuadrado nº 1, llamar al 959 245226 o consultar la web www.caritas.org. Con iniciativas como la exposición fotográfica se logra que nos acerquemos a la vida extremadamente difícil de quienes se encuentran en la pobreza absoluta. Tomamos conciencia del papel que deben desempeñar las administraciones públicas, del verdadero cumplimiento de sus compromisos con toda la ciudadanía, sin excepciones, priorizando por los grupos más desfavorecidos del sistema. Igualmente, sirve para el reconocimiento y la puesta en valor de instituciones (asociaciones, fundaciones, organizaciones no gubernamentales de cooperación para el desarrollo…) que buscan el bienestar colectivo y no el lucro, el interés empresarial o el beneficio económico. Y nosotras/os como sociedad tenemos el deber moral de eliminar los prejuicios, estereotipos o la discriminación. Estamos llamadas/os a crecer espiritualmente, con humanismo, para acompañar y apoyar en la medida de nuestras posibilidades a quienes sólo tienen en su día a día soledad, indiferencia del resto, o incluso el rechazo de no recibir ni siquiera un saludo o un gesto cercano. Hay quienes tienen un ‘nada’ material, pero también ‘nada’ tenemos y tendremos si nuestro corazón se va forjando de piedras y ceguera.
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