Eutopía

Y Caminaré…

El factor étnico continúa siendo un elemento que retroalimenta la discriminación y la desigualdad

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El próximo miércoles celebramos el Día de las Personas Gitanas Andaluzas. Se rememora así, a nivel institucional y social, la primera referencia del hecho histórico de la llegada de la minoría étnica gitana a Jaén, en 1462, situación mencionada por el Gobernador Don Miguel Lucas de Iranzo. Desde 1996 se ve la importancia de reconocer el legado y sus aportaciones culturales a la comunidad andaluza. A partir de ese año se planificaron un conjunto de actuaciones, servicios y prestaciones específicas. Como les comenté la semana anterior, recientemente se ha aprobado el II Plan Integral para la Inclusión (PIGCA), que hasta el 2020 y con un presupuesto total de 228.132.668 euros, intervendrá en 11 áreas. Van a requerir amplias medidas positivas para cubrir las carencias demandadas y detectadas en ámbitos como servicios sociales, sanidad, educación, vivienda, transversalidad de género, etc… En el análisis o diagnóstico que se expone en dicho instrumento se extraen informaciones muy significativas. El factor étnico continúa siendo un elemento que retroalimenta la discriminación y la desigualdad. A pesar de que es la minoría étnica transnacional europea con mayor presencia en España y en Andalucía, no se pueden aún establecer datos cuantitativos con exactitud, puesto que la invisibilización en algunos sectores poblacionales sigue teniendo como origen la evitación del racismo, la intolerancia o el denominado ‘antigitanismo’. Huelva es la provincia donde se detecta una menor concentración autonómica de la población gitana, en contraposición de otras como Sevilla, Granada o Cádiz. Más del 50% se encuentran en espacios urbanos, caracterizándose como lugar de residencia las zonas de necesidades de transformación social. Como líneas estratégicas y de actuación, se plantean la continuidad de la formación académica, reduciendo el fracaso, absentismo y analfabetismo educativo, para evitar la precariedad sociolaboral y económica. Igualmente, se incluye dar respuesta a las dificultades en el acceso a la asistencia sanitaria, sensibilizando en el buen uso de los servicios y programas en la atención primaria y hospitalaria (urgencias). Otro eje es favorecer la mejora de las condiciones de los sectores de empleo más frecuentes (sector agrícola y venta ambulante). El comercio minorista debe incluir proyectos empresariales de economía social y planes de dinamización. Incrementar la participación de las mujeres y de la juventud gitana, es aún, una asignatura a superar. Para ello, se plantea la creación del Consejo Andaluz de la Comunidad Gitana, para canalizar el asesoramiento, intercambio de experiencias y buenas prácticas entre el tercer sector de entidades defensoras y promotoras de los derechos y las administraciones públicas. El plan muestra, finalmente, que los medios de comunicación tienen un papel muy relevante para no fomentar la desvirtuación de su imagen y la proliferación de prejuicios y estigmas. Se pretende editar protocolos y una guía para formar y sensibilizar en esta materia. Ojalá celebremos ese ‘Día’ donde juntas y juntos podamos proclamar esa estrofa del ‘Gelem’… “Volveré a recorrer los caminos. Y caminaré…” sin que nadie tenga que sufrir injustamente la exclusión o la marginalidad. 

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