Andalucía es una tierra plural. Nuestra historia nos recuerda que hemos crecido con un abanico cultural que nos ha enriquecido a nivel sociocomunitario. Muchas estrategias actuales desde las políticas sociales andaluza, van dirigiéndose precisamente a que como ciudadanía seamos partícipes en hacer de nuestra comunidad autónoma un espacio inclusivo. Se acaba de dar el visto bueno al Plan Integral para la Inclusión de la Comunidad Gitana. Desde este año hasta 2020, se impulsarán 21 objetivos estratégicos y 45 específicos que enmarcarán 119 medidas encaminadas a la reducción de las condiciones de exclusión social, la lucha contra la discriminación y la desigualdad de género, el descenso de las cuotas de absentismo, abandono y fracaso educativo, especialmente en la etapa secundaria, y en incrementar el bienestar de quienes tienen como actividad laboral la venta ambulante. El esfuerzo financiero asciende a 232.1 millones de euros. Se invertirán, por orden de prelación, en actuaciones en materia de vivienda, sociales, educativas y sanitarias. La presencia de la etnia gitana es relevante cuantitativamente. Convivimos con 300.000-350.000 gitanos/as, es decir con el 50% de las cifras registradas en España. El 30% muestra mayores necesidades en diferentes ámbitos o se encuentra en situaciones de vulnerabilidad. Que nuestra “nación histórica” crezca cualitativamente en valores, especialmente integrando a las minorías étnicas y a quienes se han pretendido ausentar a través de los movimientos migratorios, no es una estrategia novedosa. Llevamos dos décadas, desde 1997, trabajando desde un plan específico pionero con la etnia gitana, como en tantas otras temáticas de progreso en derechos sociales y libertades (parejas de hecho, identidad de género, testamento vital y dignificación en el proceso de la muerte, etc.) Con el instrumento vigente se afianzará en mejorar las barriadas de actuación preferente, en una mayor intervención en las denominadas Zonas de Necesidades de Transformación Social, en los factores higiénicos sanitarios y recreativos del sector poblacional dedicado al comercio ambulante, implicando para ello, a las entidades locales, con planes municipales promovidos por los ayuntamientos, y en medidas específicas para la vivienda (rehabilitación y ayuda para equipos urbanos y apoyo a las unidades familiares jóvenes y/o monoparentales). Incluye el impulso activador de líneas de fomento del trabajo autónomo, la orientación profesional, las prácticas empresariales y la integración a través del impacto de las Rentas Mínimas de Inserción que se ha estado regulando, hasta el momento, por el Programa de Solidaridad para las personas andaluzas para la erradicación de la marginación y la desigualdad en Andalucía. La envoltura final del Plan recoge la inclusión de forma transversal y la intervención más profunda con la población gitana procedente de Rumanía y Bulgaria. Una vez más, Andalucía vuelve a mostrar su apuesta por la igualdad de oportunidades, superando esa brecha que separa a las personas en primera, segunda o en una “invisible” categoría. n
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