No ponernos en el lugar de otras personas, es simplemente dejarnos vencer por el hedonismo predominante. El pensamiento individual se sitúa en el centro de gravedad. Nuestro ombligo se convierte en camino de ida y vuelta. Su espira, nos hace inmune a otras realidades. Nos distorsiona la visión, autoconvenciéndonos de que nuestra micro percepción se expande a todas las partes el mundo. Nada sucede si no lo padecemos en nuestra piel, en nuestro cuerpo y mente. Nada ocurre. Lo que oímos sin escuchar es interpretado como parte de un mal sueño, que ante un chasquido de dedos, ya deja de ocurrir. Si sucede, será a otros seres humanos, desconocidos, aparentemente desahuciados de todo, de identidad, de raíces, de tierra, de seres queridos… a quienes ubicamos para la tranquilidad personal dentro de las fábulas virtuales, como personajes de cuentos o novelas, o protagonistas secundarios de largometrajes con un pésimo final. La nula capacidad de voluntad política y espiritual a nivel internacional nos ha acostumbrado a visualizar el dolor ajeno, sin llegar a rozarnos ligeramente el alma. A diario, miles de pérdidas humanas nos pasan totalmente desapercibidas. Y frente a sus causas, optamos por no ver, no oír y callar. Conflictos bélicos, pobreza absoluta de carácter estructural, persecuciones avivadas por los miedos, las discriminaciones y la exclusión social provocan progresivamente el exterminio de pueblos, comunidades y colectivos. Las instituciones y potencias mundiales aguardan en silencio, siempre habrá beneficios que obtener… Su hegemonía y riqueza entrará en alza por la miseria a la que se condena a los países ‘crucificados’. A su vez, las facciones conservadoras y ultraderechistas van tomado posiciones. Alguna fisura en el entramado socioeconómico, educativo y cultural será aprovechada con destreza. Utilizan el hartazgo de la ciudadanía, el desempleo generalizado, la pérdida de valores y derechos, el empobrecimiento moral, la tergiversación religiosa, los falsos himnos de superioridad… para acusar a otras/os de ese supuesto debilitamiento. Miramos sin ver las tentativas de avance político y económico de estos movimientos deshumanizados. Ya ni se esconden… quienes sí lo hacen son las muchas de las víctimas que se convierten en sus objetivos de ‘caza’. Los verdugos ensombrecieron el pasado, ahora pretenden visibilizarse en el presente para dominar el mañana. No podemos dejarles dar ni un solo paso si no queremos que la humanidad empiece de nuevo a padecer el vértigo, el mismo que está sufriendo Chechenia por los asesinatos, torturas, persecución y encarcelamiento de personas de diversidad afectiva-sexual…Cada cual que apoye y colabore con esta causa crucial. Reaccionando frente a la vorágine axiológica, votando en contra de los partidos que alimentan de forma directa o encubierta el racismo, la xenofobia, el machismo…Desgraciadamente la ‘LGTBfobia’ crece…Por ello, también podemos unirnos, seamos creyentes o no, a los múltiples gestos humanistas, sociales y espirituales que se irán celebrando por el Día Internacional que se conmemorará el 17 de mayo. Hoy, Ichthys Cristianas/os LGTBH Sevilla y Comunidades de Vida cristiana nos invitan a la Vigilia de Oración por un Mundo sin Homofobia, a las 21.00 h en la Iglesia de San Pedro de Alcántara, sito C/ Cervantes 7 en Sevilla. Empatizando en común-unión…
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