Eutopía

No me encaja la ‘corona’

El debate actual a nivel nacional, con el consiguiente eco internacional, es que nuestro sistema ‘hace aguas’

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Según la ‘Carta Magna’, en España tenemos una subdivisión de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Para garantizarlos, se ha establecido una configuración institucional, orgánica y funcional, con una delimitación estricta en sus competencias. El debate actual a nivel nacional, con el consiguiente eco internacional, es que nuestro sistema ‘hace aguas’. Principios como legalidad o no arbitrariedad de las normas no parecen estar equilibrados, si se contemplan variables (más que contrastadas) como el ‘color de sangre’, el estatus social o posición económica. Surgen en todos los medios de comunicación y redes sociales, las diferencias abismales entre las infracciones y/o delitos cometidos por miembros de la Monarquía, altos cargos de responsabilidad política y empresarial o personajes del faranduleo, con el resto de las/os mortales. Pagar fianzas obligatorias, con ‘dinero público’ que ha sido previamente extraído de la población española, es un doble robo. Poner en cuestión a determinadas instituciones judiciales-fiscales, es simplemente, la primera reacción social después de volvernos a encajar la mandíbula, por perplejidad y estupor. Plantear un debate firme, frente al Título II ‘La Corona’ de la Constitución, añadiendo a las futuras posibilidades la nueva instauración de fórmulas políticas centradas en ensalzar ‘lo público’ es lógico. El objetivo es aniquilar los impulsos depredadores de los intereses particulares. Y no debe ser un planteamiento efímero, sino una emergencia. Aún no somos conscientes… Como Pueblo tenemos que recuperar las riendas de la soberanía, no con estallidos violentos, sino con movilizaciones y reivindicaciones permanentes, con peticiones de consulta populares, con el voto, y diariamente con nuestros actos cotidianos y profesionales. Mientras seguimos padeciendo los síntomas de un tiempo prolongado de carencias socioeconómicas, educativas, sanitarias y culturales entre otras, en esta ‘crisis’ que ha azotado a todas /os, quienes han rebasado sus arcas bancarias (situadas, casi todas, en paraísos fiscales hallados y aún perdidos) han sido los seres corruptos, irresponsables, y abusivos. Que exculpen a Cristina de Borbón y le pongan, para lo que ha cometido, una multita ínfima, además de una supuesta condena irrisoria a su compañero sentimental, es una caricatura mayúscula de cómo funciona este país. ¿En qué manos lo hemos y lo estamos dejando? Se ríen de toda la ciudadanía. Si no estuviera tan cebado nuestro bloqueo colectivo y si no venciera el conformismo, entonces tendríamos mejores niveles de bienestar integral a nivel personal, familiar y comunitario. No podemos seguir permitiendo que el mensaje que nos refleje sea el del triunfo de la deshonestidad y el del embobamiento ante las vulneraciones constantes a nuestros derechos, libertades y obligaciones…Lo cierto es que no nos puede encajar la ‘corona’, porque no somos ‘reales’ aunque sí sepamos lo que significa la vida ‘real’. No nos sienta bien, porque  ese ‘complemento’ supone un fardo de pérdidas y derroches. Pero… ¿Qué hacemos sin abarrotar las calles y sin gritar por los tejados? ¿Pasar de todo o envenenarnos? Ser conscientes, reflexionar y actuar son los antídotos. España no se merece tanta injusticia ni tanto despropósito.

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