Eutopía

Caridad escandalosa

Las ideologías de derechas y conservadoras nunca han estado reñidas con el mantenimiento y la proliferación de la beneficencia

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Las ideologías de derechas y conservadoras nunca han estado reñidas con el mantenimiento y la proliferación de la beneficencia. Es más, su relación parasitaria sólo potencia la pasividad de la ciudadanía, el adormilamiento colectivo, gestando una sociedad sometida a  lamer los opiáceos que le lanzan como migajas. Parece que no sigue siendo suficiente pertenecer a la España de los pantanos,  los escándalos de corrupción transmitidos en “diferido”, de las tarjetas devora fondos públicos, de los besa farolas de las imposiciones económicas de la Europa bicéfala… En Huelva, el PP llegó para quedarse ‘forever’. Y parecía que su estancia  iba a convertirse en un callejón sin salida, eso sí, antes de llegar a él, habría que atravesar ‘rotonda tras rotonda’. Y otra rotonda. Y otra más. Entre medio, una fuente, sin funcionalidad. Una Huelva circular en su decaimiento y endeudamiento. Ahora, se supone que hemos cambiado de referentes. Pero desgraciadamente en el área social, sólo se está retroalimentando la caridad. Desmoronando lo público, para dar paso a la ‘venta de humo’, a lo graciable, a la multiplicación de fórmulas basadas en la modalidad más arcana del asistencialismo. Lo que se ofrece, no es la promoción de la autonomía de las personas, grupos y colectividades. Tampoco la defensa de los recursos, servicios y prestaciones socioeconómicas basadas en la justicia social, como plataforma temporalizada, hasta conseguir uno de los objetivos primordiales de toda ideología que se digne a autocalificarse como de ‘izquierdas’. No se puede tergiversar las consignas de la socialdemocracia, hasta convertirse en el mellizo de ‘pepe’. De manera progresiva, aumenta mi estupor ante lo que se va decidiendo en nombre de la igualdad, las políticas y servicios sociales. El grado de desconocimiento, nula formación y experiencia ante lo ‘Social’ y por ende,  la dejación que existe al respecto, es para no salir del espanto cristalino. Se da paso a la multiplicación del populismo mediante limosnas (zapatos deportivos, juguetes, actividades que pueden pisar el intrusismo laboral, clínica dental…) Se equivocan. La línea es dignificar la vida de las personas. Se debe fomentar el empleo, la participación activa de la comunidad en los procesos de resolución de necesidades y problemáticas. No se trata de dar ‘pescado’ a diestro y siniestro, sino de aportar alternativas y oportunidades vitales para el crecimiento individual y colectivo. Fomentar la dependencia absoluta provocará filas aún más largas tras los bancos de alimentos. El conformismo se adueñará del tiempo y el posicionamiento de un importante sector poblacional onubense en edad de trabajar, que podrían dar respuestas propias a sus contingencias personales y familiares, si el entorno no propiciara una caridad escandalosa. Esto es simplemente una tropelía tras otra de actos vergonzantes. Una pequeña Roma, donde hay quien, después de autocondecorarse, va tirando a las multitudes lo que sobra o no se necesita. Más empleo y más honestidad.

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