Eutopía

Cascarón de huevo

Se nos llena la boca con un discurso, donde a la Educación, le otorgamos la condición de agente de socialización irrenunciable

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Se nos llena la boca con un discurso, donde a la Educación, le otorgamos la condición de agente de socialización irrenunciable. Da igual la bandera política que icemos. Existe un aparente consenso, un pacto ficticio, en mantenerla y apuntalarla, más en sus lagunas, que en sus fortalezas. Pero ¿es posible que en su nombre y en pro de la optimización de determinados resultados se pueda estar entorpeciendo este derecho básico? Pues sí. Y francamente, es alarmante. En esta constante ‘masterclass’ de prepotencia del derechismo español, muchos de los elementos principales de las instituciones y comunidades educativas están siendo desvirtuados e instrumentalizados. Con un derroche narcisista de empoderamiento autoimpuesto, el PP aprobó con su propia mayoría absoluta la Ley Orgánica para la ¿mejora? de la Calidad Educativa (Lomce). Este despropósito, envestido de normativa, no deroga, pero sí desmiembra en un solo artículo, al marco legislativo anterior (LOE). Justificándose en la necesaria convergencia con las estrategias europeas, o en estudios tan erróneamente diseñados como el Informe Pisa de la OCDE, se empeñaron, en 2013, en hacérnosla tragar con el embudo del autoritarismo. Con movimientos, abruptamente espasmódicos, están provocando que la ‘calidad’ educativa se conduzca hacia una espiral que sigue redundando en los propósitos contrarios, es decir, en el fracaso y en los resultados adversos. Nos encontramos, a nivel nacional y andaluz, encabezando la lista de las peores valoraciones en las tres competencias analizadas (lectora, matemática y científica). En la manipulación interesada de algunos medios, la información transmitida expone que España, en líneas generales, ha mejorado. No se subraya, en la comparativa con respecto a nuestro estatus autonómico, que estas conclusiones están sesgadas. La Educación no puede desligarse de otros factores multidimensionales de gran trascendencia, socioeconómicos y culturales. En la torpe carrera de transformaciones legislativas, no se han logrado subsanar las carencias que van haciendo mella en todos los poros del sistema. Es simple. El caos está servido, con presupuestos ‘cero’, una financiación raquítica, recortes en los recursos humanos y materiales, nulas inversiones en la mejora pedagógica y/o formación, un escaso desarrollo e innovación o en su invención atropellada de evaluaciones finales, reválidas , pseudo-superaciones o pasarelas…La traducción es privatización progresiva. Se le resta protagonismo y participación a órganos tales como el Consejo Escolar, el Claustro de Profesorado o las Asociaciones de Madres y Padres, destacando el papel de representatividad, toma de decisiones y gestión de la Dirección del centro. En armónica complicidad entre partidos, se puede estar mercadeando con el desarrollo y crecimiento integral (destrezas, habilidades, capacidades y conocimientos)  de las presentes y venideras generaciones. Conformarse con restar minúsculos matices de la Lomce es contribuir con el desmoronamiento de las verdaderas finalidades de la Educación. No movilizarse es dejar que se pisotee el terreno de los valores. Los/as filopoder están desahuciándola. Abandonando los principios educativos a merced del Mercado. Comportándonos como ‘cascarón de huevo’ es  de lógica que piensen que nos comeremos ésta y otras ‘excreciones’.

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