Dicen que en el Universo existen lugares que se convierten en una especie de macro vertederos donde va a parar todos los residuos o basura del espacio. Son las llamadas “órbitas cementerio”. En ellas, seguramente, el ser humano, está dejando el legado de lo inservible, el rastro de un nivel de producción y consumo irrefrenable. Lo inadecuado, se fomenta y se acumula en el imaginario colectivo. Valga, la anterior descripción, para hacer un paralelismo de la corrupción en España. Es una lacra significativa, que circunda siempre, a la “imagen” nacional. Lo cierto, es que no es desgraciadamente un espejismo, es el “lado malo” del rostro de este país. Conforme pasan estos últimos años, hay quienes se rasgan las vestiduras porque salen personas del armario, pero no lo hacen, porque en el aparataje laberíntico de la política y del ámbito laboral tanto público como privado, no paran de esconderse, la plana mayor del ladronerío de lo ajeno. Y lo hacen, porque siempre hay cables amigos, enchufes siempre a disposición de la apuesta mayor. Hay que invertir, en sensibilización, concienciación, en educación, para que las “instituciones” den ejemplo de transparencia impoluta, rechazando totalmente, actuaciones, que a pesar de estar tipificadas, en la eterna letanía de los marcos legislativos, como delictivas y sancionables, son el pan nuestro de cada día, seguido de su correspondiente “amén”. En la vida cotidiana, en los medios de comunicación, en los debates políticos…la corrupción es la temática habitual que abre las conversaciones, los discursos, los telediarios. El daño va adquiriendo rango de indeleble, porque ésta generación, con la acción o con la omisión, va contribuyendo a que esa “órbita cementerio” fagocite el espacio que debiera ser el propio de los derechos, deberes y libertades de toda la ciudadanía sin excepciones. La corrupción no ha dejado ámbito que manchar, y a pesar que sale a la palestra mediática, a los/as grandes usurpadores/as, apenas les afecta las consecuencias, ya que su beneficio ha sido astronómico. Total, este país, apenas recuerda. Más bien, se relaja dejándose llevar por la corriente del “ni tuje ni muge”. Así, actuando o en funciones, se buscarán los subterfugios para jugar a las cartas con las malversaciones, los cohechos, las exacciones, los tratos de favor, las imposiciones fruto de los abusos de poder, la dedocracia parida por la hinchazón de los egos…Y después, el resto a tragarse los principios de “capacidad, mérito, e igualdad” que repetimos como mantras, porque creemos realmente en el esfuerzo, la motivación, la experiencia, la formación y el reciclaje personal y profesional. Cuando nos araña y nos toca de cerca la corrupción, actúa como revulsivo, pero no nos dejemos engañar, su miseria está demasiado esparcida y quienes pueden dar soluciones, tampoco son “ejemplo” ya que es una de sus asignaturas pendientes. Padrinos y madrinas de la corrupción, cortabolsas de lo público…no se preocupen por sus amistades o familiares cercanos o lejanos, están en el mejor lugar, en el país-órbita llamado Jauja y apellidado “Ancha es Castilla”, en el camposanto donde triunfa la mediocridad y se dispara a quemarropa a lo que huele a honestidad…Y ahora vas y lo votas.
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