Eutopía

Se convierten en ladrones

Lo seres humanos “son feroces, cuando se trata de dinero”. La Tierra sigue estando protegida por voces minoritarias, que saben agradecer a tiempo, lo que nos da

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Nuevamente otra obra del escritor austriaco, Stefan Zweig, me lleva a un pensamiento que me va calando hasta los huesos…La rareza se encuentra en ser testimonios y ejemplos, de un estilo de vida donde el “todo” es saber aproximarse al “nada”. No me refiero al desapego de lo humano y material, sino a la fortaleza de valorar lo que somos y tenemos. Ser y estar, sin excentricidades que nos compliquen, que nos quebrante la estabilidad y el equilibrio personal y ajeno. Sin dejar una huella corrosiva que va a pasos agigantados deteriorando todo lo que encuentra en su trayectoria. En la novela de este autor, “La Piedad peligrosa” o “Impaciencia del Corazón” hay párrafos que parecen titulares y escaletas de una tremenda actualidad: “Es inútil no hay remedio, cuando notan que hay dinero, todos se convierten en ladrones”. En ella, hace referencia a una propiedad, a un castillo…pero es extrapolable, a la situación actual, a la miseria de quienes se aferran al status. Fijémonos en los diferentes Gobiernos. Las continuas legislaturas, se ven manchadas por la corrupción política, vendiéndose a los mejores postores, que amasan el capital aunque tengan con ello que diezmar “todo lo creado”. Hoy mismo, 22 de abril, celebramos, el Día Internacional de la Madre Tierra, y con ello, se pretende volver a la armonía y la convivencia respetuosa con la biodiversidad, denunciando los efectos nocivos de la contaminación, que sólo es producida por el egoísmo humano…Lo seres humanos “son feroces, cuando se trata de dinero”. La Tierra sigue estando protegida por voces minoritarias, que saben agradecer a tiempo, lo que nos da. Actúan con la lección bien aprendida, con la sabiduría que advierte sobre la escasez de los recursos naturales, y por lo tanto, con la urgencia de su conservación y protección. El Mercado, nos sigue indicando que la “novedad material” es un bálsamo que nos hace sentir mejor. La “felicidad” es el reclamo, el anzuelo, que nos atrapa. Se ha convertido en el “producto estrella”, en esa pieza “única” que parece concluir el puzle. En nombre de ella, acumulamos, destrozamos, arrinconamos…Consumir, es un atajo permanente, que nos libera de los pensamientos transcendentales, para navegar en aguas menos profundas. Esta crisis de larga duración, quizás nos ha obligado a detenernos en estas cuestiones, que nos indica una mayor austeridad y preservación de lo que tenemos y producimos. Pero, a la mínima, volverán a hipnotizarnos con los eslóganes que se han ido reproduciendo cíclicamente. La Tierra está harta del hedonismo humano, de la prepotencia con la que dominamos, de la irracionalidad con la que se decide conjugar en todas las formas, el verbo “destruir”. Es evidente que la voluntad política mundial acata los imperativos de los seres-ladrones, éstos, reinan y gobiernan. Éstos, aniquilan recursos, presupuestos, subvenciones… invirtiéndolos y negociando con sus redes-filias. Edifican sus “castillos” personales y los amurallan. Con la suerte,  de que sean o no cogidos, han conseguido sus fines y el coste ha sido insignificante. La mayoría ¿seremos cómplices o sabremos cómo actuar? Que deje de repetirse el cuento de lobos y corderos.

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