Eutopía

7.000 millones de sueños

Las plataformas ciudadanas, la iniciativa social y los movimientos ecologistas, deben seguir renovando, sin descanso, su reivindicación y exigencia

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¿Tan sólo siete mil millones…? Eso es apenas el principio. Los sueños pueden ser diminutos o infinitos. O estar tamizados por los cortapisas interesados, de quienes no quieren que tu paisaje de oportunidades, difumine sus fronteras. Hoy 5 de junio, se celebra el Día Internacional del Medio Ambiente, impulsado hace más de cuatro décadas por la Organización de Naciones Unidas. El lema de este año, es: “Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación”. Ante fenómenos que están teniendo un impacto irreversible en los diferentes ecosistemas, frente a la  dilapidación extrema de los recursos naturales y la irrefrenable y adictiva necesidad de ese consumismo, abonado por los sistemas económicos, financieros y socioculturales, nuestra implicación y corresponsabilidad es imprescindible. Las plataformas ciudadanas, la iniciativa social y los movimientos ecologistas, deben seguir renovando, sin descanso, su reivindicación y exigencia, a los poderes públicos, y especialmente, a las macroempresas privadas con ánimo de lucro, en la salvaguarda de la sostenibilidad de la Tierra, como un derecho y deber fundamental. Desde una perspectiva global, se hace necesario interponer no sólo medidas sancionadoras frente al deterioro intencionado de los bienes naturales. También son precisas, aquellas actuaciones permanentes de prevención, información, sensibilización y concienciación del cuidado y garantía del planeta. Igualmente, nuestras pautas de consumo y estilos de vida, son instrumentos que repercuten en el mismo. Sostener, cuidar, reciclar, reutilizar, entre otros, son verbos que hay que conjugar en nuestro consumo diario. La ecología pública, a nivel mundial, sigue siendo una asignatura pendiente, ya que no son pocos los países, que hacen caso omiso a las recomendaciones medioambientales y a las advertencias que los mismos hábitats nos lanzan. Grave error, separarnos de la Naturaleza o adoptar un posicionamiento egocéntrico y hedonista hacia ella. Somos parte inseparable, cohabitamos, y esa estrecha relación debe fomentar la trascendencia de la conservación absoluta de la biodiversidad, como un “valor” en mayúsculas. Hoy, celebramos la Vida, en todas sus variantes. Siete mil millones…Cifra ínfima, si somos conscientes de todo el desequilibrio medioambiental y efectos devastadores que hemos provocado (contaminación extrema, calentamiento global, extinción de especies, cambios climáticos, efecto invernadero, destrucción de la capa de ozono, etc). Las medidas educativas, en estas materias, son uno de los ingredientes de los que es imposible prescindir, para favorecer la Salud a nivel general.   El profeta Gandhi, manifestó que: “Los sueños parecen al principio imposibles, luego improbables, y luego, cuando nos comprometemos, se vuelven inevitables”. La protección, conservación y respeto a nuestro Medio Ambiente, es un compromiso individual, colectivo y planetario de las generaciones presentes…y el mejor legado que podemos dar como heredad a para las próximas.

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