Los supermercados en Caracas volvieron hoy a la aparente normalidad después de que este sábado se registraran en algunos de ellos largas filas para adquirir productos tras la orden de bajar los precios que dio el Gobierno y que, hasta ahora, sólo se ha aplicado a ciertos productos.
La Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) ordenó el viernes a más de una veintena de cadenas de supermercados bajar los precios de ciertos productos, pero no detalló cuáles ni en qué porcentaje.
La situación ocasionó que los venezolanos visitaran los supermercados ocasionando largas filas para adquirir unos pocos productos, pues no a todos les bajaron los precios.
Muchos de ellos llenaron sus carritos de supermercados de distintos productos, pero no todos pudieron llevarse lo que querían comprar ya que la rebaja sólo tocó ciertos artículos.
Una trabajadora de un supermercado del este de Caracas identificada como Carmen dijo a Efe que la rebaja se registró en algunas marcas de atunes y de queso fundido, algunas hortalizas, huevos, jabón, queso, jamón, salchichas, galletas, mantequilla y algunas pastas importadas.
Sin embargo, en otro establecimiento de otra cadena de supermercados, a la pasta importada no le bajaron el precio.
Para este domingo, no se observan los anaqueles completamente vacíos, hay poca variedad de marcas de productos, y ciertamente faltan algunas marcas de queso fundido y atún, así como las galletas, la mantequilla, el jabón de baño y algunas hortalizas.
Estos productos se suman además a los que escasean desde hace más de tres años como el aceite, el arroz, la harina de maíz, de trigo y otros, que se consiguen a precios elevados en el comercio informal.
Con todo, ciertos supermercados registran pequeñas colas, una situación que para el día de hoy es parte de la rutina del venezolano cuando al supermercado o comercio llega algún producto regulado por el Gobierno.
Entretanto, ante esta orden de bajar los precios en algunos productos, el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, consideró que la crisis económica podría agudizarse en los próximos días y alertó a la comunidad internacional sobre ello.
En un comunicado, la Comisión de Política Exterior del Parlamento indicó que el Gobierno venezolano busca "trastocar y tomar control de los procesos de distribución y venta de alimentos".
Para el Parlamento, la medida, que hasta ahora afecta a más de veinte cadenas de supermercados, "es una acción efectista que busca bajar la presión de la población para acceder a los recursos, debido a la hiperinflación", y "dado que esto había producido revueltas y saqueos en varias regiones" de Venezuela.
Según la comisión, esta medida busca "definitivamente que el pueblo venezolano se postre, se arrodille y se humille ante la voluntad de Maduro", pues estas acciones conllevarán más escasez y que sea sólo el Gobierno el que tenga productos "disponibles" a través de sus programas de abastecimiento.
La Comisión de Política Exterior alertó en la nota a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la ONU y a los países, en especial a Brasil y Colombia, fronterizos con Venezuela, para que estén "atentos a brindar ayuda humanitaria".
Asimismo, les pidió apoyo ante "eventuales oleadas de desplazados y refugiados".
Por su parte, la presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) de Venezuela, María Carolina Uzcátegui, criticó la medida del Gobierno de bajar los precios de algunos productos y señaló que los niveles de desabastecimiento aumentarán.
Eso "indiscutiblemente va a traer como consecuencia desabastecimiento la próxima semana. No sabemos por cuánto tiempo obliguen a los comercios a mantener esa medida, pero es algo que afecta al fabricante y al productor original, es decir, toda la cadena productiva se está afectando y eso es de difícil recuperación", dijo.
La representante de Consecomercio indicó además que el Gobierno volvió a ordenar la bajada de los precios sin tomar en cuenta cuánto le cuesta al productor hacer el producto y sin ver el esquema de hiperinflación que, según dijo, sólo en diciembre la inflación fue de 81 %.
Por otro lado, el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), monseñor Diego Padrón, también se pronunció sobre la crisis económica que vive el país y criticó que el Gobierno pretenda resolver el desabastecimiento entregando bolsas de comida.
"El hambre de un pueblo, en particular, no se logra resolver estructuralmente ni con bolsas de comida, ni con bonos mensuales. Estas son medidas de emergencia aplicadas en poblaciones que han sufrido grandes inundaciones, terremotos y tsunamis", dijo.
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