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Los militares españoles en Irak estarán protegidos en su misión con estatus diplomático, que les otorga inmunidad

Se trata de una propuesta de Bagdad para solventar la falta de un acuerdo bilateral que diera cobertura al despliegue

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Los 300 militares españoles que adiestrarán al Ejército iraquí para luchar contra el Estado Islámico estarán desplegados con la protección que otorga el estatus diplomático, que les concede inmunidad ante la jurisdicción penal del país árabe todo el tiempo que dure la misión, que ha sido aprobada por al menos un año.

   Según han informado a Europa Press fuentes diplomáticas, alrededor de una treintena de los efectivos que conforman el total del contingente español, y que ya se encuentran en Irak, han viajado allí con pasaporte diplomático.

   Aunque habitualmente este documento se expide a diplomáticos y altos funcionarios del Estado, en esta ocasión lo llevan consigo unos 30 efectivos de las Fuerzas Armadas debido al poco tiempo que ha habido para formalizar otro tipo de acreditación.

   Los militares portadores de este pasaporte diplomático viajaron el pasado miércoles al país árabe para dar comienzo así a la misión de adiestrar y asesorar a las fuerzas iraquíes en el marco de la coalición internacional para frenar el avance del Estado Islámico en Siria e Irak. Estarán desplegados en Bagdad y la ciudad de Besmaya y compartirán acuartelamiento con tropas de otros países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Noruega o Australia, entre otros.

PERSONAL "INVIOLABLE"

   La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 establece que la persona que porta pasaporte diplomático es "inviolable" y "no puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto". Según este convenio internacional, "el agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal" del Estado en el que esté destinado, así como de la jurisdicción civil y administrativa.

   También está exento de todos los impuestos y gravámenes personales o reales, nacionales o municipales, así como de la inspección de su equipaje personal. Eso sí, toda esta inmunidad no exime al personal titular de este pasaporte diplomático de la jurisdicción de su propio Estado, de modo que en su país sí podría ser juzgado por hechos cometidos en el país de la misión.

   Por el contrario, el resto del contingente español que estará desplegado en la misión de Irak viajará allí en las próximas semanas con otro tipo de pasaporte: el que se reserva para personal administrativo y técnico de una misión diplomática, también conocido como pasaporte de servicio.

   La principal diferencia con el diplomático es que el personal que tiene el de servicio goza de los mismos privilegios, pero la inmunidad ante la jurisdicción civil y administrativa no se le extiende a los actos realizados fuera del desempeño de sus funciones.

NO HAY CONVENIO BILATERAL

   Cualquier despliegue de tropas en un país extranjero y que no se hace bajo el paraguas de una organización internacional --como la UE o la OTAN-- se lleva a cabo siguiendo un estatuto de las Fuerzas Armadas (el llamado Status of Forces Agreement, SOFA) que negocian y firman las dos partes implicadas. Sin embargo, España e Irak no tienen en vigor ningún acuerdo bilateral de este tipo.

   Ante la imposibilidad de negociar en tiempo un convenio debido a la urgencia de este despliegue, que fue aprobado por el Congreso el pasado octubre, las autoridades iraquíes propusieron acudir a la Convención de Viena para dar forma legal a la presencia de militares españoles en su territorio.

   Según han explicado a Europa Press fuentes diplomáticas, el Gobierno de Irak considera a las tropas españolas que van a adiestrar a su Ejército como "asesores extranjeros" y esta es la razón por la que propuso acudir a la fórmula de pasaporte diplomático o de servicio para poner en marcha el despliegue.

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