El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha propuesto una vez más una reforma de la Constitución advirtiendo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que "no puede seguir sosteniendo que su obligación se limita al cumplimiento de la Constitución" en Cataluña, sino que también le corresponde "posibilitar, con su mayoría, un pacto nuevo" en torno a la Carta Magna.
Sánchez afirma que el problema del debate soberanista en Cataluña es el problema más grave que tiene España y el primero que se debe afrontar, "un problema esencial, formidable, porque afecta a la integridad misma del Estado".
A su modo de ver, Rajoy hará "bien" en demostrar que "el Estado no admite desafíos", pero luego "debe demostrar que es capaz de trabajar por el futuro y no sólo por el mantenimiento".
Pero además, Sánchez carga duramente contra los promotores de la consulta independentista, a los que acusa de desarrollar "un proceso lleno de juegos de palabras para aparentar que respetaban la legalidad cuando buscaban suplantarla", "consulta" en vez de "referéndum", "derecho a decidir" en vez de "autodeterminación" y "oscilación calculada entre la llamada a la desobediencia civil y el se hará conforme a la legalidad".
Llamando a las cosas por su nombre, avisa el líder socialista, lo que se plantea es una "ruptura del Estado" y, además que, la definición de lo que es España quede "en manos de una parte sola de las que la integran" . La Generalitat, destaca, defiende que "lo que sea Cataluña sólo les compete a ellos aunque con sus decisiones afecten al hoy y al mañana del conjunto de los españoles entre los que ellos mismos se encuentran".
Así, deja claro que el PSOE comparte "la posición del Gobierno que incluye la impugnación de la ley de consultas" y de la convocatoria del 9N, así como "la adopción de las medidas y disposiciones necesarias para que la consulta en cuestión no se realice". "Creemos que esa es la obligación del Gobierno porque la Constitución a todos nos ampara pero a todos nos compromete. Y el PSOE mantiene vivo su compromiso con la Constitución", añade.
Sin embargo, advierte también de que "después de un 9N sin consulta" en Cataluña surgirán "sentimientos nuevos", "frustración, enojo, desánimo, resistencia incluso", aunque también "esperanza y alivio", y cree que todos ellos hay que "atenderlos para que no dañen el sistema de convivencia y bienestar que la Constitución diseñó".
En ese aspecto el PSOE "echa de menos al gobernante, a la política", y cree que Rajy ha estado callado "demasiado tiempo". Por eso, insiste en defender una reforma constitucional y asegura que las propuestas concretas del PSOE en este ámbito no son "una lista de condiciones previas", sino una propuesta para dialogar y con "encuentros y renuncias mutuas, alcanzar un acuerdo", un nuevo pacto constitucional que voten todos los españoles.
SÓLO EL PROBLEMA CATALÁN YA JUSTIFICARÍA LA REFORMA
Sánchez admite que "hay quien se crispa ante la idea de que la reforma se hace por y para Cataluña" y asegura que no es así, aunque considera que sólo por eso ya "estaría justificada", siempre que no "produjese agravios". El PSOE, dice "no concibe, ni quiere una España sin Cataluña" pero tampoco "una Cataluña en España con sensación de incomodidad".
En su artículo, el líder socialista resume los aspectos de la Carta Magna que quiere reformar: modelo territorial, impulso a la democracia y garantía de derechos y libertades, incluido "tutelar en serio el derecho al trabajo y a la vivienda.
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