El paro y el tráfico de drogas. Comienzan a notarse que van cogidas de la mano. Francisco Mena, presidente de la Federación de Asociaciones contra la Droga del Campo de Gibraltar, Nexos, ha advertidohasta la fatiga de que los narcos están envalentonados por la falta de efectivos policiales y porque gozan de la connivencia de una parte de la población, que sufre un paro endémico nunca inferior al 30%.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha visitado La Línea por séptima vez para vigilar los dispositivos de seguridad. Los mismos que fallaron estrepitosamente cuando unas decenas de narcos, o contratados por narcos, entraron en el hospital de La Línea para liberar a un conocido mafioso de la droga, que pocos días más tarde se recuperaba en las cercanías de Tetuán. El caso fue calificado por el ministro como “un caso excepcional que en ningún caso es la norma habitual y no empaña la brillante actuación diaria de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”.
No se pone en cuestión a dichos Cuerpos y Fuerzas. Ese es el manto con el que se protege el ministro. La presidenta dela Junta de Andalucía afirmó que "los narcotraficantes campan a sus anchas" por el Campo de Gibraltar. La visita coincide con el robo en un depósito judicial de una lancha neumática de extrema potencia, con el vigilante maniatado, y en la cercanía de Tanger detienen dos narcos de Zahara y dieciséis traficantes eran detenidos en La Línea con toneladas de hachís. Las aprensiones de hachís son considerables - 11.785 kilos el año pasado, más de un 300% de incremento para la cocaína y un 40% para el hachís- pero los especialistas saben que no es más del 30% de lo que discurre por nuestras costas lo que se incauta –Nexos lo rebaja al 20%-.
Tardíamente descubren que las narcolanchas deberían estar prohibidas. Ni el ministro ni sus ilustres acompañantes quisieron, al parecer, ir a ver la película que protagonizaba el vejeriego Jesús Castro - El Niño- donde estos hechos se explican con todo lujo de detalles, ni se han sentado nunca a escuchar –no a hacerse la foto- a la Coordinadora Comarcal, ni los alarmantes avisos pidiendo refuerzos de los sindicatos policiales o de la asociación de guardias civiles. Todo barrunta a que empieza a ser demasiado tarde. Las visitas publicitarias no sirven para nada.
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