Básicamente cuatro cosas. La primera que el PP sigue desangrándose, hasta siete puntos desde las elecciones. Pero ¡Tranquilos! dirán Rajoy y los suyos-suyos porque todavía vamos los primeros. Y es cierto. Siguen en cabeza a pesar de lo que llueve y nieva y del director general de Tráfico…y de la corrupción de cada día.
La segunda es la vertiginosa e imparable –hasta ahora- subida de Ciudadanos. La formación naranja sube casi aquellos mismos siete puntos desde las elecciones. Hay un reajuste en el centro-derecha que no se conoce cuando y cuál será su final. Queda más de un año para el domingo 9 de junio de 2019, día multielectoral en España; Municipales, Autonómicas para 13 Comunidades y Elecciones para el Parlamento Europeo. Al menos tres papeletas en la mano, aunque en Andalucía no. Veremos cuándo son las Andaluzas.
La tercera es que Unidos Podemos se ve sobrepasado por Ciudadanos. El partido que provocó la repetición de elecciones, al no apoyar un gobierno de Sánchez apoyado por Rivera, para conseguir el “sorpasso” al PSOE, ha sido adelantado por este partido. Ironías de la política. Las elecciones catalanas le han dado un aura de la que no disponía antes de las mismas, a pesar de que no podrá gobernar, pero su esfuerzo y la ola nacionalista española le han aupado algunos peidaños.
La cuarta es la paradoja del PSOE. Primero en intención directa y en voto más simpatía pero insuficiente para dar un salto que necesitaría para poder gobernar. El 23,1 no es bastante para gobernar en España como primera fuerza. Todo apunta a que hay un cierto corrimiento de votantes de izquierda que abandonan Podemos pero no recalan en el PSOE en este periodo no electoral. El PSOE debe vigilar ambos flancos, a derecha y a izquierda. El centro-derecha está más decidido a votar que el centro-izquierda, que duda aún si acudir a los colegios electorales.
La distancia, tras las elecciones de 26 de junio de 2016 entre el primero y el cuarto partido era de veinte puntos y ahora es de algo más de siete puntos, por lo que el margen se está estrechando enormemente y hace posible cualquier quiniela para el próximo gobierno de España. La incertidumbre es total y de ahí la exhibición que el presidente del gobierno hace con los familiares de los crímenes más horrendos de nuestro país. Llamando a las vísceras.
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