En un lugar de Andalucía, de cuyo nombre es mejor no dar referencias, aunque pueda cualquiera acordarse, un grupo político de centro derecha buscó y halló el acuerdo de otro de izquierda para poner una moción de censura a un alcalde también de izquierda. No es la primera ni la última vez que sucede desatino de esta naturaleza porque la vida local está en multitud de ocasiones lastrada por las relaciones personales más que por las convicciones políticas.
El concejal, que era disidente consigo mismo y con sus siglas, se dio de baja de su grupo político y naturalmente causó consiguientemente baja en su grupo municipal. El gesto, más motivado por deseo de romper con sus superiores partidarios que por otras motivaciones, comportó que la moción de censura estuviera condenada al fracaso.
¿Porque tal cosa? Porque en los lejanos tiempos que el boom inmobiliario arrasaba España y hacía ricos a a unos y otros - desde alicatadores a comisionistas, pasando por presidentes autonómicos y alcaldes y, sobre todo, a los poseedores del codiciado puesto de concejal-delegado de Urbanismo- se cambió la legislación para que los concejales no pudieran comerciar con su disputado voto. Si decidió por ley que si se marchaban de su grupo municipal iban derechos al grupo mixto o al de no adscritos y se convertían en unos parias de la corporación en la que habían conseguido escaño por el grupo político que los presentó, no por sus méritos personales.
Cuando llegó el día de marras en el municipio algunos hablaron de una posible sentencia del Tribunal Constitucional, que dicen que anularía la ley contra los tránsfugas y que devolvería -ahora que el boom apabullante es el de la corrupción, como consecuencia del inmobiliario - el voto libre a los concejales. Pero la ley es ley hasta que deja de serla y no se guía por las notas de los periodistas, por muy avezados que estos sean. Afortunadamente la ley sigue vigente para aviso de presuntos corruptos.
En aquel lugar de Andalucia se leyó el informe del secretario de la corporación -que pidió levantar la sesión- pero los proponentes de la moción no lo aceptaron y siguieron con la función. Queda claro que la declaración unilateral de independencia de Cataluña ha creado escuela en España y no es extraño que pronto se declaren más repúblicas independientes, incluso en San José del Valle.
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