En román paladino

El Dalai Lama en Cataluña

A esta autoridad respetada en el mundo entero el hijo menor de Jordi Pujol –Oleguer- la compara con su corruptísimo padre

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¿Qué pensará  el Dalai Lama? El verdadero. La autoridad espiritual y moral como reencarnación de Buda. Premio Nobel de la Paz de 1989. A esta autoridad respetada en el mundo entero  el hijo menor de Jordi Pujol –Oleguer- la compara  con su corruptísimo padre.  Ha roto todos los esquemas de la decencia y de la cordura política cuando ha afirmado que su padre es como el Dalai Lama, un exiliado. En Andorra le pueden informar favorablemente. Es una imagen de Cataluña hoy.  No hay más banderas –con esteladas o sin ella- para tapar tanta impostura.

Mañana el presidente de Generalitat ha convocado a sus parlamentarios –que no suman la mayoría de los votantes de Cataluña- a una reunión enésimamente trascendental donde comunicará a los diputados catalanes que lo sustentan la fecha y la pregunta de la consulta/referéndum o lo que finalmente decida convocar. No es descartable que todo termine en el repetitivo adelanto electoral que cada presidente de las instituciones catalanas hace ante el callejón sin salida en que se hallan.

Que no habrá independencia –hoy por hoy- está clarísimo. El último resquicio que han buscado ha sido el de procurar el amparo del Consejo de Europa, una institución con sede en Estrasburgo, que agrupa a 47 Estados miembros. El Consejo tiene un comité  denominado   “Comisión Europea para la Democracia a través del Derecho”,  conocido por el nombre de la Comisión de Venecia, ciudad donde se encuentra su sede, es un órgano asesor del Consejo de Europa sobre cuestiones constitucionales. El presidente Puigdemont se dirigió a la Comisión para que le diera la razón. La respuesta fue absolutamente negativa: “sin duda, consciente de que no sólo el referéndum como tal, sino también la cooperación con nuestra comisión, tendrá que llevarse a cabo de acuerdo con las autoridades españolas”…y “la necesidad de que cualquier referéndum se lleve a cabo en pleno cumplimiento con la Constitución y la legislación aplicable”. 

Como no hay peor ciego que el que no quiere ver, Puigdemont comunicó a la opinión pública que le daban la razón y, en contradicción flagrante, opta por la vía de decisiones unilaterales. Disparate tras disparate. El viernes se prepara el choque de trenes pero esta vez el gobierno español no hará el ridículo de la pasada consulta del pasado 9 de noviembre de 2014, a pesar de sus torpezas.

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