En román paladino

Y Susana cogió su fusil

La errónea lectura de los resultados por parte del PSOE-A se asemeja al intento de crear un nuevo PSC en España, el de Andalucía

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“Ahora toca trabajar por Andalucía” ha sido la malograda expresión de la presidenta de la Junta de Andalucía al regresar de Madrid, tras las primarias socialistas. ¿No tocaba antes? Ha estado en San Vicente –la sede regional  socialista, sin banderas y sin placa de reconocimiento- y después en el despacho de San Telmo, el esplendido edificio barroco de la Presidencia,  que ocupa por la designación parlamentaria que la mantuvo  ochenta días esperando por los votos  de PP, Podemos e IU.

Se han celebrado las votaciones más reñidas y concurridas del moderno socialismo español. En el pasado, hasta tres veces tuvieron que votar los socialistas con Pablo Iglesias para dirimir si se integraban o no en la Internacional Comunista, aceptando las condiciones inasumibles que el partido comunista ruso planteaba: “Todo partido que quiera adherirse a la Internacional Comunista tiene la obligación de apoyar incondicionalmente todas las repúblicas soviéticas…”.  “Todos los partidos que quieran adherirse a la Internacional Comunista deben cambiar de nombre. Todo partido que quiera pertenecer a la Internacional Comunista debe llamarse: Partido Comunista…” Y así hasta 21 condiciones que, finalmente, fueron rechazadas en votación universal por los socialistas. Los disidentes crearon el Partido Comunista.

En esta ocasión han votado casi 150.000 afiliados y más de la mitad lo han hecho por Pedro Sánchez, con el aparato, los líderes más reconocibles y gran parte de los medios de comunicación en contra. Se podría aplicar la máxima de “Roma locuta, causa finita” (Roma ha hablado, asunto terminado). Los afiliados han dado su voto, el liderazgo ya está definido.

Cunde la impresión generalizada entre los observadores políticos de que Susana Díaz –tan reconocida partidaria de la soberanía nacional- quiere partir a trozos la soberanía de la militancia socialista española, ya  que en todas las comunidades autónomas –salvo Andalucía y el País Vasco- ha optado claramente por el renovado liderazgo de Pedro Sánchez. La batalla democrática ha concluido. La errónea lectura de los resultados por parte del PSOE de Andalucía de rearmarse para comenzar de nuevo las hostilidades tras el precipitado congreso regional, desde el enroque, se asemeja al intento de crear un nuevo PSC en España, el de Andalucía, pero sin congreso constituyente. El futuro no será como el pasado. Ya lo avisa Bergamín: “Volver no es volver atrás…que lo que pasó no vuelve y si vuelve es fantasma”.

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