En román paladino

¿Se imaginan?

Tendrá consecuencias para el PSOE y para Andalucía

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¿Se imaginan a los presidentes de Castilla- La Mancha o  del País Valenciano, García-Page y  Puig,  del PSOE,  dando tumbos por España porque quieran ser secretarios del PSOE?  ¿Suponen ustedes al de Galicia, Núñez Feijoo, del PP,  abandonando su despacho de Compostela y estando meses recorriendo cada rincón de España para optar a la presidencia del PP?  ¿Se figuran  a la alcaldesa de Madrid o  al alcalde de Valencia –cercanos a Podemos-  días, semanas y meses –con el petate a cuestas- haciendo campaña por el país y dejando sus obligaciones? La fiebre del sábado noche que ha entrado en el PSOE de Andalucía apoyando unánimemente  que la secretaria general de su partido y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ubique en Madrid es, cuando menos,  incomprensible. Realmente es irresponsable.

Lo que sucede en Andalucía, la comunidad más poblada de España, la que soporta más   necesidades,  con una presidenta  dedicada a la conquista de otro puesto político es  descorazonador. ¿Qué andaluz con sentimiento puede aprobarlo? Hemos perdido la dignidad y el orgullo de ser andaluces. Se le está faltando el respeto al pueblo andaluz.  Pero la dignidad, el orgullo y el respeto son  intangibles, lo que es evidente es que si se está en Barcelona, Santander  o Madrid…no se está en Almería, Cádiz o Lucena. Que si se tiene el objetivo en conseguir apoyos políticos desde hace tiempo  para ser cabeza del PSOE, falta el corazón  para los problemas reales de los andaluces.  Sin un ápice de demagogia, eso es incuestionable.

Se toma posesión de un cargo con la promesa o el juramento  de servirlo –de cumplir con sus obligaciones-,   se hacen manifestaciones públicas de amor, dedicación, pasión y fidelidad a una tierra y a unos ciudadanos  que –por mediación parlamentaria- la han elegido como su máxima representante y se obvia, se olvida y se tira a la papelera todo ello para dedicarse a una carrera política personal. Esa carrera no es  de Andalucía.

Tendrá consecuencias para el PSOE y para Andalucía, logre o no su objetivo. Andalucía en almoneda y el PSOE como correa de transmisión de una  ambición.    Lo contrario de la verdadera  política: Los cargos como servicio público y los partidos para garantizar la palabra dada a los ciudadanos en los programas y  en la campaña electoral.

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