En román paladino

¡A ganar!

Estaban congregados los que se han dicho de todo menos bonito

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Quedan dos  meses para que  los afiliados socialistas voten a su secretario general. La fecha se fijará oficialmente el sábado porque la gestora ha querido un proceso largo y nada equidistante ni neutral. Ya han pasado seis meses y aún restan dos para que se marchen, tras el incruento golpe palaciego que horrorizó a España entera. Se presentan para sustituir a la gestora dos hombres y una mujer. Patxi López, diputado, y Pedro Sánchez, ex secretario general, y Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía. Si no gana Patxi, sigue de diputado. Si no gana Pedro,  volverá a la universidad. Si no gana Susana, se vuelve a Andalucía para seguir de presidenta de  la Junta de Andalucía.  Si gana Patxi, se convertirá en presidente del Grupo Parlamentario Socialista. Si gana Pedro, se instalará en su antiguo despacho de la calle Ferraz y hará oposición desde fuera del parlamento. Algo posible en España, porque el parlamento no ocupa el lugar que le corresponde como centro de la vida política. Si gana Susana lo hará todo a la vez. Seguirá de presidenta de la Junta de Andalucía y será secretaria general del PSOE, sin oír a los que manifiestan que ambos cargos son objetivamente incompatibles.

El domingo se presentó Susana Díaz con el apoyo de los antiguos secretarios generales del PSOE, menos Joaquín Almunia y, obviamente, Pedro Sánchez. Estaban congregados los que se han dicho de todo menos bonito, como acreditan los libros de Alfonso Guerra y  José Bono,  y los enfrentamientos feroces entre Rubalcaba y Guerra y los poco diplomáticos entre Chacón y Rubalcaba.

Los desprecios de Felipe González a Zapatero son de libro y las pugnas de Felipe con Guerra son ya históricas. La propia Susana frustró las carreras de Rubalcaba y Madina.  Unidos, apoyaron a Susana Díaz. Todo  ha quedado en agua de borrajas con tal de hacer frente a Pedro Sánchez. ¡A ganar! ha sido el grito más oído en Madrid.   No se sabe a quién aún. De momento, todos estuvieron de acuerdo en poner a Rajoy como presidente del Gobierno y para ello depusieron al secretario general del PSOE, para culminar sus planes. Lo  no explicado aún es la ausencia al completo de  los anteriores presidentes de la Junta de Andalucía - Escuredo, Borbolla, Chaves y Griñán-. ¿Estaban todos –ellos si-  centrados en Andalucía?   

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