En román paladino

En el núcleo duro

España se ha colocado en el núcleo duro de la Unión

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Durante  tiempo se habló  de la Europa de círculos concéntricos, de la Europa de geometría variable y ahora parece que finalmente empieza  la Europa de varias velocidades. Europa, el continente que ha tenido más cambios de  fronteras, sufrido guerras sin cuento,  que ha provocado las dos últimas guerras mundiales tras haber protagonizado las últimas expansiones imperialistas del mundo, cambió. España, Francia, Alemania, Portugal,  Rusia, Reino Unido…tuvieron imperios que abarcaron el orbe. Se hizo desde Europa la expansión de sus modos de vida, de sus culturas, de sus idiomas, de sus avances técnicos, de sus creencias religiosas y se benefició de la depredación de los territorios que colonizaba. La propia palabra colonizar indica que los españoles fueron los pioneros en la materia porque la palabra colonizar tiene la misma expresión lingüística  y significado en  todos los idiomas europeos.

Tras todas esas experiencias traumáticas parece que Europa aprendió  y partiendo de la reconciliación franco-alemana  se decidió poner las bases de una unión europea que comenzó por el carbón y el acero pero ha culminado con un Parlamento Europeo y –en la práctica- con un gobierno europeo –la Comisión- y hasta con un Presidente, por no decir  dos, el del Consejo  y el de la Comisión Europea.

En Versalles se acaba de escenificar ahora -antes de que el 25 de marzo se celebre con grandes fastos el 60 aniversario del Tratado de Roma- un encuentro entre los mandatarios  de Francia, Alemania España e Italia para dar un salto en la Unión Europea. Si los demás países no quieren, nosotros estamos dispuestos a tirar del carro para que Europa no se desintegre y pueda seguir avanzando. Este ha sido el mensaje. Es bueno que España esté ahí. Como dice Andrés Ortega “Lo que tenga que venir, vendrá después. A pesar de Trump, a pesar de Putin. Dependemos de nosotros mismos”. Esta es la lección de estos días de zozobra. Trump desconfiando de las uniones multilaterales, porque uno a uno tiene las de ganar y Putin, tratando de que la potencia europea y asiática –Rusia- condicione cada uno de los pasos de la vieja Europa.
España se ha colocado en el núcleo duro de la Unión. Debemos felicitarnos de ello porque si Giménez Caballero quería más altos los  Pirineos y  Ortega y Gasset lo tuvo claro, España era el problema y Europa  la solución. 

 

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