En román paladino

Conferencia desigual

La distancia entre las comunidades más ricas y más pobres aumenta

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La de iniciativas increíbles que estamos viendo de este gobierno en minoría. No se reunía  la Conferencia de Presidentes desde 2012. No le gustó al Rajoy de la mayoría absoluta ese trinar de presidentes en el Senado porque le parecía que era capitidisminuir  la fortaleza de la presidencia del Gobierno,  ya que en el BOE consta desde diciembre de 2009 que “La Conferencia de Presidentes se reunirá una vez al año previa convocatoria del Presidente del Gobierno”. Pues ni por esas.

Esta es la única  de las seis conferencias celebradas desde su creación en 2004 que Cataluña y País Vasco no están representados por sus gobiernos. Signo de los tiempos. El mensaje político más importante que debe dar el Estado de las Autonomías –la cohesión estatal- no lo da por dicha ausencia.

El fondo de lo que debería discutirse con ser todos temas  capitales – financiación, dependencia, pacto de educación, pobreza energética…- es que la brecha de la riqueza entre las comunidades españolas no ha disminuido, sino que  aumenta. La distancia entre las más ricas y las más pobres era de 9.814 euros en 1980 y en 2014 asciende a 15.156 en las comparación de PIB.

No han sido suficientes ni los fondos estructurales europeos, ni el mecanismo interno español del Fondo de Cohesión Interterritorial, ni la cuantiosa inversión pública de los años de vacas gordas para conseguir la igualación entre comunidades. La tasa de paro es una muestra clara  de ello. Los niveles de paro de Andalucía, Canarias y Extremadura no resisten comparación con las de Baleares, Cantabria, Navarra o Cataluña. El gasto sanitario también  sonroja. Andalucía ocupa la última posición. Los datos de PISA, que  dan  disgustos sin cuento cada vez que salen, son  otra muestra de la desigualdad.

Esa es la verdadera cuestión. Pero ese debate no tendrá lugar en la Conferencia. Porque además, a partir de ahora,  las comunidades que se sienten infrafinanciadas como Cataluña, Madrid, País Valenciano o Baleares van a tirar más aún del pico del mantel porque exigen más tarta. Malos tiempos para la lírica en Andalucía,  que se ha beneficiado –con justicia- de importantes fondos, que han dado un impulso a su desarrollo,  pero  no han servido  para que la brecha con las comunidades más avanzadas se estreche. La España uniforme no existe, la desigual sí.

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