En román paladino

La ley del más fuerte

¿Hay ingeniería fiscal entre los altos declarantes?

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Un caso. Los que recibían la suerte con las loterías, quinielas, bonolotos,  etc. estaban excluidos de pagos a Hacienda, pero se vio que era un buen mecanismo recaudatorio amargar solo un poquito al premiado. Hacienda no se fía y el pago del impuesto se realiza en el momento del cobro del premio, es decir, nos pagarán el premio menos el 20% -si el premio es superior a 2.500 euros- que el pagador  ingresará en Hacienda por nosotros. Todo muy bien organizado. Se puso por dos años con la excusa de la crisis pero solo se extinguirá  cuando muramos todos los españoles.

Segundo caso. El Comisionado para el Mercado de Tabacos, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda,  está friendo a  multas de hasta 12.000 euros a los estancos tan sólo por regalar un mechero. Lo hace después de haber sancionado con hasta 120.000 euros a las expendedurías por haber aceptado pagos de las tabaqueras, que  no llegan ni a 1.000 euros anuales, por información sobre las ventas en las máquinas. El Comisionado dedica  su actividad a la vigilancia y sanción de los estancos y establecimientos con máquinas expendedoras de tabaco. Las multas  se cuentan por miles y para los bufetes de abogados especializados en su defensa no cabe duda  “se podría apreciar en ellas cierto tufillo meramente recaudatorio”.

Tercer caso. La Dirección General de Tributos ya ha dado la instrucción precisa a los que se puedan beneficiar de la reciente sentencia del Tribunal Europeo de Justicia por las cláusulas suelo: Los clientes que reciban de sus bancos la devolución de los importes cobrados de más deberán tributar por ellos si se beneficiaron de la deducción por adquisición de vivienda habitual en el IRPF y  por los intereses de demora que la entidad bancaria abone por el tiempo transcurrido. No se pierde ocasión de ir por delante. Todavía no se ha recuperado el dinero pero ya está el cazo puesto.

Pues bien. En España 10.580 personas declaraban en 2007 que ganaban más de 600.000 euros al año y por arte de birlibirloque, y también con la excusa de la crisis,  en 2014 la cifra se ha reducido  a 5.394. ¿Para qué más comentarios? ¿Quién no  cree que detrás de esta reducción haya ingeniería fiscal? 

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