En román paladino

Y Felipe escribió “a los catalanes”

Felipe ha estado sencillamente magistral. Muchas veces yerra. Algunas veces molesta. Las más ejerce un magisterio de experiencia que traslada sin rencor y no mucha petulancia

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L o que ha molestado a algunos independentistas la llamada de Felipe González en El País con ese artículo. Le han llamado de todo menos bonito. Unos le han recordado el episodio de la guerra sucia contra ETA, otros que tuvo a Alfonso Guerra, su vicepresidente, que cepilló el estatuto, otros le han negado autoridad para hablar de Cataluña y los mas recalcitrantes lo han comparado con el ministro del Interior con lo ya conocido de que lo mas parecido a un español de derechas es un español de izquierdas, si hablan de Cataluña. Felipe ha estado sencillamente magistral. Muchas veces yerra. Algunas veces molesta. Las más ejerce un magisterio de experiencia que traslada sin rencor y no mucha petulancia. El recientemente fallecido Txiqui Benegas en una conversación robada le llamó Dios -en un lenguaje clave- y todo el mundo lo entendió porque la conversación era de política y no de religión. Le costó un cierto distanciamiento y probablemente no ser ministro, pero eso no le quitó ni la sonrisa ni los kilos de más. Descanse en paz.
¿Por qué molestan las verdades como puños? ¿Alguien duda que la dimensión internacional que tiene Cataluña perdería enormes enteros con su inmediata salida de la UE y de todos los organismos internacionales en los que está España y en los que recibiría el veto más que justificado de un país que no está dispuesto a dejar, al menos a la mitad de sus nacionales  de Cataluña, al albur de los que quieren los recién conversos independentistas?  En el resto de España esta historia cansa, pero debería hacernos reflexionar sobre la  necesidad de siendo iguales saber respetar -de fondo- las diferencias para poder -cuando menos- conllevarnos como un mal menor. La ambición de ser un país con un proyecto conjunto va a tardar algún decenio más. Un español, catalán exiliado a Chile desde Francia, tras la guerra civil, por mediación de Pablo Neruda, lo tiene aún más claro que Felipe González. Recoge Ekaizer su punto de vista: “La gente está irritada por la crisis y la politica de un gobierno de derecha que mira hacia otro lado. Y muchos ven en la independencia el atajo para terminar con este gobierno. Es una ilusión. No creo yo que esa ilusión pueda resolver los problemas reales que aquejan a los ciudadanos”. Menos mal que ayer cumplió 100 años.  

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