Las declaraciones, las aclaraciones, las explicaciones, los ataques, los gritos y los susurros de Pablo Iglesias Turrión con Cayo Lara y Alberto Garzón en un trío, del que no hay que pensar ni bien ni mal porque no se ha llegado a ningún tipo de consumación, han dado para muchos comentarios. De momento, son habladurías de malas personas porque la relación ni siquiera se ha consolidado en el estado de pareja de hecho entre, al menos, dos de los tres citados.
Pablo Iglesias – en la puerta de la capilla o del juzgado- ha salido huyendo como en la película de El Graduado la chica escapó de su novio y de su madre. Dustin Hoffman, Anne Bancroft y Katharine Ross hicieron un trío confuso de relación entre el joven graduado y una atractiva mujer madura que, tras los escarceos amatorios, no llegó a nada. La huida de la chica con el novio de su madre termina bien en la mítica cinta de cine con la interminable escena del autobús que aleja a ambos de la familia desesperada, encerrada en la iglesia. Esa unión entre Elaine (K. Ross) y Ben (D. Hoffman) parece que aquí no la vamos a ver. Iglesias no está por la labor. Lo ha contado muchas veces Pablo Iglesias. Su militancia comunista no sólo no la niega sino que la reafirma.
Pero toda su reflexión en estos días se funda en dos pilares. El primero, que los dirigentes de Izquierda Unida no lo dejaron entrar en las listas europeas – bien es verdad que solicitando primarias para ello- y montó su partido. El segundo, que, dado que expresar con claridad su pensamiento no le daría votos suficientes para ganar, opta tácticamente por presentarse en un tablero distinto del de izquierda-derecha para tener posibilidades de vencer electoralmente.
Siguiendo con las imágenes musicales y cinematográficas –saboreando venganzas contra IU y alejándose de convicciones- canta “Je t´aime,… moi non plus” (Te amo,…yo tampoco), la canción estrella por antonomasia del orgasmo continuado, que es lo mismo que decir “Soy comunista,…yo tampoco” de la frase malintencionada atribuida a Dalí (Picasso es comunista, yo tampoco). O sea, que vaya usted a saber. De momento los fieles no han podido gritar ¡Vivan los novios! n
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