Ahora resulta que para el gobierno y sus portavoces mediáticos las elecciones británicas son un anticipo de lo sucederá en España. Argumentan que Cameron y Rajoy son los dos conservadores, que a ambos les va la austeridad como única receta económica y que tienen como estrambótico aliado la existencia de tensiones territoriales, con Cataluña y Escocia, y que ello garantizará la atracción hacia el poder de los electores. He llegado a leer titulares objetivos: “En las elecciones inglesas ganó Rajoy” y “Rajoy se mira en Cameron y confía en recuperar dos millones de voto oculto”. La esperanza en que las encuestas se equivoquen aquí como en Inglaterra, llevó a Soraya a soltar un “Es lo que pasa aquí” tras el Consejo de Ministros. No es que las comparaciones sean odiosas sino que, en algunos casos, son vergonzosas. Comparar una tasa de desempleo en Gran Bretaña con el 5% con la que tiene nuestro país del 23% es comparar la velocidad con el tocino. Lo mismo que los sistemas electorales.
Todo son semejanzas. Después de las elecciones dimiten en España todos los dirigentes políticos a los que el pueblo les da el estacazo. ¡Ni con agua hirviendo se van! Lo hicieron Moreno Bonilla y Maillo tras las andaluzas, siguiendo el ejemplo de Rubalcaba tras las generales de 2011. Éste último no solo no dimitió sino que fue elegido secretario general y ahora lo imita Rosa Díez, organizando escrupulosamente la debacle en su partido. Por el contrario, los tres lideres políticos que perdieron la semana pasada en el Reino Unido ya no están al frente de sus partidos. Antes de 24 horas habían dimitido. Aquí un partido con todos sus tesoreros millonarios de pura corrupción son personas desconocidas para los presidentes que los nombraron. ¡Una vergüenza!
Y Gibraltar. Hay que recordar que España mantiene cumbres bilaterales con Francia, Portugal, Alemania, Polonia, Italia…pero no la tiene con los británicos por el asunto de Gibraltar. Nuestro embajador en Londres -ahora famoso como socio de Pujalte- Federico Trillo, experto chapucero mundial en identificación rápida de cadáveres, como recuerdan los familiares del Yak-42, ha sido llamado al Foreign Office más veces que ningún otro embajador, con Cameron como primer ministro. Así que las efusivas felicitaciones de Rajoy son interesadas y de jugador de ventaja, porque tan sólo el día antes de las elecciones Margallo, nada diplomático, había criticado a Cameron. El encaje europeo del Reino Unido pasará a primer plano. Lo demás no cambiará.
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