En román paladino

Cada dos días

Me parece ridículo ese deshoje continuo de la margarita votando un “me quieres o no me quieres” sin sentido

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Dicen que cabe la posibilidad de que se celebren plenos del Parlamento de Andalucía cada dos días a partir de que la  presidenta en funciones, Susana Díaz, pronuncie su discurso de investidura. La política tiene  algunos ritos. Éste de la investidura y la toma de posesión posterior  son los más destacados de la liturgia política.  La ceremonia comienza con la   expectación de escuchar las propuestas de quién puede asumir la primera magistratura de Andalucía. Con mayoría absoluta la incertidumbre es nula, pero con la actual composición de la cámara las dudas  se mantienen abiertas. Para ganar el apoyo la candidata tiene que recoger las propuestas propias –con las que ganó- y las ajenas de los partidos llamados a completar la mayoría suficiente que no se alcanzó.

No hay pacto. No lo hubo para la composición del la Mesa del parlamento y no lo hay para la investidura de Susana Díaz. Todavía. Empiezan las conversaciones  y, a partir de ahí, el cocido empieza a hervir y se verá si se hace un buen caldo o no. La olla va a hervir y veremos si una semana de cocción  acaba con éxito. Nunca será tarde si el cocido   es bueno, porque ya se sabe que “El tiempo y las ollas componen las cosas”.

Pero, ¿y si no hay acuerdo ni siquiera entre los días que median entre el discurso de investidura y las dos primeras votaciones?  Entonces vendría esa táctica filtrada por los socialistas de poner en evidencia a los partidos que se niegan a abstenerse para que Andalucía tenga gobierno, obligando a los parlamentarios a votar cada 48 horas. Me parece  ridículo ese deshoje continuo de la margarita  votando un “me quieres o no me quieres” sin sentido. Más adecuado sería intentar que los otros partidos a  expongan su programa de gobierno y obligarlos a visualizar los apoyos que cosechan.   Si no se consigue una mayoría lógica habría que ver la suerte que corre la mayoría ilógica, la llamada contra natura. Se acerca más al Estatuto: “Caso de no conseguirse dicha mayoría se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista anteriormente”. ¿Sucesivas propuestas quiere decir repetir la misma propuesta? No. Por eso el Estatuto concluye: “Si, transcurrido el plazo de dos meses… ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto…” y  vendrían las nuevas elecciones. No sucederá.

El parlamento no es un circo. Conocida la posibilidad de lograrse la mayoría política debe procederse a la votación, sólo entonces.  

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