En román paladino

Bombas…

Por primera vez se toman medidas en un partido antes de que actúe la justicia. O aunque la justicia nunca tenga que pronunciarse. Otros partidos justicieros de palabra esconden a sus dirigentes hasta que el temporal amaine

Publicidad AiPublicidad Ai

No son pocas las que estallan en el mundo. Guerra declarada con los salvajes del Estado Islámico, fruto tardío de la  intervención en Irak, que cometen las mismas bestialidades que las de sus compinches  de África, los secuestradores masivos de niñas que escandalizan al mundo. Francia, Dinamarca... En Ucrania se ha logrado una tregua frágil, después de 5.000 muertes,  cuando la amenaza de una guerra en Europa ha sido alejada –momentáneamente- por la mediación de Alemania y Francia.

Son otras las bombas que han estallado junto a nosotros. La lista Falciani es la más ruidosa. La relación de evasores y defraudadores fiscales que un empleado de la banca suiza –Hervé Falciani- sacó desde su puesto de trabajo para poner al descubierto a decenas de miles de personajes que iban en sus países de probos ciudadanos y que, en realidad, ocultaban a la hacienda de sus amadas patrias los dineros sucios, dudosos y negros que los habían hecho enriquecerse. Su colaboración con la justicia española ha puesto en su sitio a todos esos que rezan por la mañana por España y duermen por la noche con  lo que de verdad aman, su dinero. Botín –Santander-  ha visto su nombre unido a Correa –Gürtel-.  Granados –Comunidad de Madrid- se ha juntado en la lista con los Pujol –Cataluña-. Suiza lo quiso  preso y España lo protegió porque ha contribuido como nadie al fisco español. El banco HBSC (The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation), que se hizo rico con la guerra del opio,  ahora se ha retratado con el dinero de las cañerías.

La otra bomba: Sánchez-Gómez. De fabricación netamente española. Sus apellidos los delatan. Con ser fuerte el estallido,  ha sido el aldabonazo que la opinión pública demandaba de un dirigente como Pedro Sánchez, que se había declarado incompatible con la corrupción. Sus palabras le habían atado a la  honradez intransigente. Y tienen el mérito de haber espantado el peligro de un candidato puesto en cuestión  y evitado  un escándalo que podía haber acaecido durante la campaña electoral. Los que demandan medidas políticas antes que las judiciales han visto satisfechas sus expectativas.

Por primera vez se toman medidas en un partido antes de que actúe la justicia. O aunque la justicia nunca tenga que pronunciarse. Otros partidos justicieros de palabra esconden a sus dirigentes hasta que el temporal amaine. ¿Dónde está Monedero? El del gobierno es que es puro fango. Pedro Sánchez, por el contrario,  ha invocado a los vientos para que su partido vuelva a empezar

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN