En román paladino

Algunas pocas cosas

El dinero voló a esa tierra de promisión de todos los sinvergüenzas españoles, Suiza, en la que mana leche y miel, chocolates, relojes y, sobre todo, dinero ilícito

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Al día siguiente de decir Rajoy categóricamente, y delante de centenares de seguidores, que la corrupción es poca en España y que “se han producido algunas cosas que no nos gustaría que se produjeran en los últimos tiempos”, con un lenguaje absolutamente impropio para un país sobresaltado de susto y de indignación….al día siguiente, tan  sólo al día siguiente, cae una trama dirigida por el que fue número dos de Esperanza Aguirre, Francisco Granados. No ha sido la cosa por nimiedades.

Veremos que pasa en las próximas horas y días pero “a bote pronto”  los delitos que se investigan son: blanqueo de dinero, falsificación de documentos, delitos fiscales, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales, prevaricación, revelación de secretos, negociaciones prohibidas a funcionarios, fraudes contra la administración y organización criminal. 

Funcionarios y políticos  adjudicaron servicios públicos por valor de 250 millones y como contrapartida recibieron suculentas  comisiones ilegales, a costa de las haciendas municipales y autonómicas. El dinero voló a esa tierra de promisión  de todos los sinvergüenzas españoles, Suiza, en la que mana leche y miel,  chocolates, relojes  y, sobre todo, dinero ilícito. Como Andorra, como     Liechtenstein,  como los islotes del Canal de la Mancha, como los del Caribe, que se han convertido en los lugares conocidos con detalle, como el comedor de su casa, por prohombres de esta tierra nuestra que han llamado a los demás compatriotas al sacrificio, a la austeridad, a los necesarios recortes, a comprometerse unos  con el país, otros con la independencia catalana, y que son los territorios que  sirven para esconder los dineros que han birlado al fisco español, a las arcas municipales, autonómicas o estatales, y  que son las causantes de los sobreprecios de las obras publicas.

¿Por qué si no se hacen continuos reajustes de precios en los contratos públicos con las administraciones? ¿Por qué las revisiones de precios de las obras públicas? La política democrática  tiene sus reglas. Una de las elementales es que  quien está al frente del barco tiene que comparecer ante la opinión pública y el parlamento para dar cuenta y opinión de lo que acontece.  El liderazgo exige dar la cara, ejemplaridad, hablar a la ciudadanía, ponerse, en definitiva, a marcar el ritmo del país. Rajoy hace lo contrario de todo eso y es el conjunto de España el  que  paga esa ausencia de voz y ejemplaridad. Rajoy se ha convertido en un lastre para España.

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