Si acaso durante una semana olvidemos los azotes; los juegos de los poderosos para intentar adular al pueblo con tantas mentiras como sea necesario; las coronas de espinas o las cruces que cargan los más débiles; olvidemos que los poderosos siempre fueron los mismos; que una lanza atraviesa cada día el costado de miles y miles de desvalidos; olvidemos a quienes se lavan las manos ante las injustas decisiones; olvidemos nuestra Pasión de cada día.
Encaramos con ilusión la que se adivina como una muy buena Semana Santa. Dejando atrás esos años en los que la lluvia se apoderó de la celebración de la primavera por excelencia, Ronda se dispone a enseñar lo mejor de sí misma a todos aquellos cuantos tengan que pasar por esta ciudad, como por otros tantos y tantos puntos de Andalucía. De forma inequívoca, el carácter que esta tierra imprime a estas celebraciones nos distingue de cualquier otro lugar. Y me pregunto: ¿no seremos entonces los andaluces, dados de la mano en torno a un objetivo compartido, capaces de dar lo mejor de nosotros?
Deberíamos tener la capacidad de estrechar nuestras manos para sacar a latigazos de las instituciones públicas, verdaderos templos ciudadanos, a quienes mercadean con el bienestar; a quienes utilizan cajas B para delinquir y amasar fortunas valiéndose de su aventajada condición, esos mismos que piden sin sonrojo comprensión a quienes atizan con sus mentirosas políticas. Deberían estar fuera de las instituciones quienes, como en Ronda, viven ahora su propia Pasión, perdidos en su camino hacia el monte Calvario, por no saber hacia donde dirigir una ciudad tres años después de haber unido sus fuerzas con dudosas artimañas emocionales que, pasado este tiempo, sólo han demostrado sed de poder, si no sed de venganza; en eso quedó todo; lástima.
Y anoto al margen, a propósito de lo ocurrido estos días en los pasillos...
El equipo de Gobierno evidenció de nuevo su fondo; los peores aprendices de la tecnocracia consumaron la conversión de un edificio pensado para democratizar el conocimiento en un simple alquiler con el que ingresar unos miles de eurillos al año; véase el caso de la nueva sede de Recaudación; no es más verdad una mentira por mucho que se repita; no es mejor gestión este uso por muy en desuso que estuviese el edificio. Lo que más me sorprende es la chulería: “Damos soluciones”, dicen y dicen.
Eroski. Cuando todo un caso de supuesta corrupción se basa en saber si el Ayuntamiento perdió dinero al vender el antiguo ferial, estamos muy contentos porque Eroski ha presentado su proyecto de actuación tras ‘obligar’ los promotores a nuestros actuales gobernantes a recomprar el campo de fútbol. He puesto las comillas pese a que en su día nuestros brillantes representantes vinieron a decir sin sonrojarse que, de no entrar por ese aro, adiós Eroski. ¿Ha habido acaso algún perjuicio patrimonial para el Ayuntamiento ahora? De locos. Pero los malos tecnócratas están muy felices, a ver si el inicio de unas obras puede amarrar algún votillo, por mal que se negociara con tal de esos votillos.
Hospital. Estoy seguro de que el Ayuntamiento intenta poner palos en las ruedas. Electoralmente, a algunos les interesa que haya problemas en torno al Hospital; e igual ocurre con las entradas a Ronda. A ver qué inventamos cuando concluyan ambas obras. Podríamos pelear por el AVE; o por el Patrimonio Mundial. (Antequera nos adelantó; fue un gol por toda la escuadra).
Crisis PSOE-IU en la Junta. Valderas y los suyos siguen creyendo en las repúblicas bananeras. Política la de IU de titulares vacíos; sin recorrido; demagógica y, por esa razón, absolutamente injusta; antisocial en definitiva. Bien quitadas están las competencias de Vivienda. ¿Acaso no defiende IU la igualdad para todos? Fachada; sólo fachada. Caciquismo. Tocomocho.
Semana Santa. Hace tiempo que el Ayuntamiento se limita a figurar también aquí. Pero aquí, como en otros tantos y tantos lugares, ni está ni se le espera para ayudar; sólo irán para la foto.
Feliz penitencia.
Y la mayor de las suertes posibles para todas las Hermandades.
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