Váyase, señora Díaz

Porque su excelencia no se va a coser, precisamente, las roturas de nada ni de nadie. Su ilustrísima va a cortar las cabezas que sean menester

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Sí, váyase. No espere más, y váyase. Ni congresos, ni formulismos éticos del régimen interno del partido. Se salte usted todos los impedimentos burocráticos existentes al paso, y váyase de una puñetera vez de mi tierra, que parece ser no es la suya. Dedíquese, a partir de ahora, a encontrar un buen dúplex o tríplex, cerquita de Ferraz, y decórelo como hace Trump con sus áticos: color del oro; oro por todas partes, para que se sepa quién manda en el rancho. Pero ya le aseguro yo, que cada vez que abra la grifería dorada de su bañera para darse un buen chapuzón en leche de la vaqueriza de Dos Hermanas, todos los fantasmas residentes en esta empobrecida Andalucía se le van a aparecer sin remedio, y tendrá su majestad que salir por pies de la fantasía hacia no se sabe dónde.

Porque su excelencia no se va a coser, precisamente, las roturas de nada ni de nadie. Su ilustrísima va a cortar las cabezas que sean menester, y crear un entorno plácido en el que no cuenten nada más que la Díaz y el círculo vicioso (magnífico grupo sevillano, por cierto.) Y lo logrará, no me cabe la menor duda. Que es su señoría una verdadera experta en la disciplina del tiro con arco, y si pone ojo, pone flecha y pone diana, seguro. Pues que ya quisiera un servidor sus facultades para este deporte en particular. La pena es que me estoy quedando ciego, y para lo que uno ya ha visto… De todas maneras, le digo que como toda una artista que la considero debe saber que muy poquitos son los que se dedican al arte y alcanzan la categoría de ídolos, y que lo mismo se sube que se baja…creo que me entiende.

Así que, por mí, abandone cuanto antes Triana, abandone Sevilla, y deje en el abandono más absoluto a los andaluces (que lo de andaluces y andaluzas es de catetos). Total, abandonados en relativo estamos desde tiempos inmemoriales. Que lo de poder compatibilizar cargos con garantía plena de éxito, no se lo cree ni un guardia. Y menos un andaluz “como dios manda”. ¿O es que tiene la cualidad de omnipresente? Lo que se viene denominando omnipresencia, vaya.

Bueno, hágale caso a su conciencia que para eso la tiene, no se arredre, y si su ambición le pide el máximo poder márchese de seguida; que sabe a la perfección que en esto del poderío el que no corre vuela y los buitres merodean sin descanso al acecho de la presa derrotada y deshecha.

Eso sí, no se le va a olvidar nunca, porque lo lleva como trapos sucios en la maleta, que por aquí abajo dejó al sistema educativo temblando, a la sanidad pública -su joya de la corona- por los suelos y una larguísima cola de desempleados oficiales cercanos al número maldito del millón, entre otros detalles. Se lo repito de nuevo: Váyase, señora Díaz.

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