Carmen Ramos

'Pequeño Tratado de Etología’ es el nuevo poemario de nuestra poeta de Gibraleón

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'Pequeño Tratado de Etología’ es el nuevo poemario de nuestra poeta de Gibraleón. En el mismo, Carmen Ramos, observadora privilegiada del transcurrir de la vida, desgrana un total de cuarenta y cinco imágenes, que como dice el escritor Fran Nuño, prologuista de la obra: “Este poemario está lleno de asombros. Asombros que han incitado a la autora a reflexionar acerca de diferentes cuestiones que de una forma u otra nos atañen”. Y sobre estos “asombros” abunda Carmen en el significado de la palabra etología, según la RAE: “1. Estudio científico del carácter y modos del comportamiento del hombre. 2. Parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales”.

Carmen Ramos se inició en la literatura con la plaquette ‘Mudanza Interior’ (Ediciones En Huida, 2010). Le siguieron: ‘Poliédrica’ (Ediciones En Huida, 2011) y ‘Las estrellas han hallado otra forma de morir’ (Guadalturia Ediciones, 2013). Por este último fue candidata al Premio Andalucía de la Crítica 2013. Tiene una colección inédita de microrrelatos: ‘Mundo (más de 20 maneras de lavarse las manos)’, seleccionada en 2013 para el Proyecto Novos del Festival ‘Coruña Mayúscula’. Desde hace unos años viene organizando en Gibraleón talleres de iniciación a la poesía.

Este ‘Pequeño Tratado de Etología’, editado por Lastura en su colección ‘Alcalima’, es todo un devocionario de reflejos que dejará en el lector un poso de inquieta ternura: “Los niños persiguen el agua / en las fuentes, / persiguen el agua / en la orilla, / persiguen el agua / y esta les salpica como pudorosa. / Persiguen el agua, / con la misma carrera desordenada / con la que perseguirán sus sueños / cuando ya no jueguen / a perseguir el agua”.

Que con la segunda acepción de la palabra etología, Carmen Ramos nos regala una lámina para enmarcar en la medianera del corazón: “¿Podrías llegar a ser / como aquel gato / que me ignoró / el primer día / y ahora celebra mi llegada / enredado entre mis piernas, / maullando tiernamente? / Seguro que sí. / Tan solo es cuestión de tiempo”. O la de quien muestra su libre deslizamiento por la existencia: “Un pato, / negro y solo, / flota en medio del río / y se deja llevar / hacia ningún lado. / No mira a nadie y todos lo ven: / es la viva imagen de la envidia”.

Con este ‘Pequeño Tratado de Etología’, de la olontense Carmen Ramos, el leedor se va a quedar prendado del inventario de autenticidades que presenta la rapsoda: “Un hombre grita en el centro de una plaza: / “¿Quieres dejar pasar el amor?” / (Más fuerte) / “¿Quieres dejar pasar el amor?” / (Casi llora) / “¿Quieres dejar pasar el amor?” / Los noticiarios llevaban razón: / el desengaño se ha hecho carne / y habita entre nosotros”. Como epílogo, nos deja la razón de la cosa creada: “El nadador solitario / deja tras de sí / un leve rastro: / pequeñas ondas, / alguna salpicadura. / Un fugaz  y tenue recuerdo, / un verso de agua”.

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