El hecho de que se hayan conseguido este año más de 17.300 donaciones, entre sangre y plasma (16.665 de sangre y 658 de plasma) y que son datos facilitados por el Centro de Transfusión Sanguínea de Huelva, no deja de ser una excelente noticia por cuanto que estas cifras, aunque algo parecidas a las de 2015, corroboran la disposición del onubense a la hora de mostrar su cara más solidaria para con los demás (ya saben ustedes que yo digo siempre que sería del todo deseable que este número se vea incrementado en los años siguientes). Y abunda el mencionado Centro de Transfusión en que se mantiene la tasa global de donación en la provincia, la tercera más alta de Andalucía, y que se han extraído 3.073 muestras para futuros donantes de médula ósea.
Un servidor tiene la costumbre de escribir con cierta frecuencia sobre la necesidad imperiosa de donar sangre, y nunca me importó volver a insistir sobre el asunto; puesto que ese acto conlleva una serie de particularidades, que dice de la persona que lo realiza mucho más de lo que normalmente se suele pensar de ella. Pues, es en esa entrega desinteresada, que se llama solidaridad, donde esa persona se muestra tal cual es. Porque estamos hablando de que con la aportación de un poco de nuestra sangre se pueden salvar multitud de vidas, y dar aliento, de esta manera, a todos aquellos que lo necesitan mismo si están al borde de la muerte. Y ello es algo que hay que agradecer y valorar en su justa medida.
Ya sabemos que en otros países del resto de Europa, como Francia, Alemania e Inglaterra, millones de personas son donantes de sangre. Y lo llamativo del caso es que la donan con habitualidad y sin dar la más mínima importancia al gesto de donar. Lo que se debe, con toda seguridad, a un magnífico y laborioso proceso educativo iniciado desde los primeros años y acompañado de un amplio plan de información permanentemente estable. Y es que si estuviéramos más y mejor concienciados al respecto, el número de donantes iría en progresivo aumento y los bancos de sangre no encontrarían obstáculo ninguno a la hora de poder ejercer sus funciones con sobrada garantía.
En este sentido, resulta elogiable la campaña puesta en marcha por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, ‘Andalucía es solidaria’, desarrollada por todas las provincias andaluzas y con el objetivo de que la donación de sangre se haga patente y se obtengan resultados satisfactorios para todos. Con esta iniciativa, se ha querido dar fiel cumplimiento a la continua demanda de sangre de los distintos centros hospitalarios de nuestra comunidad. Que en las denominadas macrocolectas sanguíneas que los distintos centros de transfusión vienen organizando, en sus respectivos lugares, la participación ciudadana ha sido todo un éxito. Así me consta, y así lo digo. Y hablando de Huelva, podemos afirmar con total convencimiento que Huelva es donante.
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