Ya escribí sobre ello más de una y de dos veces. Pero es que esto no se acaba nunca, oiga. Que lo del dicho tonto, lo de decir tonterías una detrás de otra, se convierte en epidemia en cuanto quien abre la boca para soltarlas y materializarlas en titulares es el ser humano al que comúnmente conocemos como político. Y es que da la sensación, de que esta verborrea va pegada al cargo: que no se puede ser político, si de vez en cuando no se larga alguna majadería que rompa los esquemas del ciudadano normal y corriente crispando con la misma los ánimos de una ciudad entera..
¿Cómo se le puede ocurrir al consejero de un departamento, sensible donde los haya por su repercusión económica en el desarrollo de cualquier provincia andaluza, emplear para con Huelva el vocabulario que ha expuesto públicamente y sin rubor alguno don Francisco Javier Fernández respecto de la construcción de un aeropuerto? ¿Cómo este consejero se arranca de manera tan alegre con lo de que: “Hay que potenciar que Huelva tenga varios aeropuertos a su disposición, como el de Sevilla o el de Jerez”, persistiendo en la idea de que “quien quiera venir a Huelva no le va a importar parar en Sevilla y coger otro medio de transporte”?
Y es que,no contento con estas “perlas”, hasta se permite don Francisco Javier aconsejar (como consejero que es, claro está) que:“lo que Huelva necesita es un empuje para llevar turismo y dar a conocer su riqueza, desde Doñana, playas, el turismo industrial de la cuenca minera o la sierra de Aracena”. ¿Quién da más? Increíble, ¿verdad? Todo un consejero de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, tachando de miopes a los onubenses (recuerden la palabrita “irreal”) porque se nos ha “ocurrido” la idea de crear un “terreno llano provisto de un conjunto de pistas, instalaciones y servicios destinados al tráfico regular de aviones”, que así de bien lo define la RAE.
Pues, dentro de este contexto, yo aconsejaría al consejero Fernández que contactara de inmediato con el empresariado y las fuerzas sociales de Huelva. Usted, consejero, se trae unos mostachones de Utrera,que junto al cafelito que se le va a ofrecer en redonda o alargada mesa, constituirán el entrante de una dialéctica en la que comprobará que sus palabras ante los medios siempre estuvieron fuera de la verdadera realidad. La realidad de esta urbe marinera y su provincia, que es triste donde las haya, pero que con todo lujo de detalles y sin acritud, le van a mostrar en pantalla gigante –si es que se digna a venir por aquí- quienes hoy se sienten desamparados e indignados a un tiempo: el Consejo Empresarial de Turismo de la FOE, la Cámara de Comercio…y diría que Huelva casi al completo.
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