El trampantojo

Pedregalejo

Uno de los puntos más bucólicos de nuestra ciudad sobre el que se ha pensado poco o nada y presume de la esencia que ofrece nuestra Málaga

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A aquellos que mueven la paja en una eterna búsqueda se empeñan en encontrar alguna referencia de Málaga para los visitantes o cómo ofrecer la venta de las excelencias que oferta la ciudad como reclamo para sus venidas o una posible vuelta. En esa búsqueda se ha intentado encontrar ese sello de calidad de ciudad única con inventos vanos como el Soho, una acertada red de museos o potenciando la gastronomía con la creación de una marca propia. Todo ello adobado con las tradicionales citas que Málaga ofrece en su calendario, como la Feria y Semana Santa, sin dejar de recordar que no se acaba de atinar con unas playas más competidoras con las de otros destinos, colocar la ciudad en la órbita de las ligas universitarias con la implantación de una sede universitaria top o ahogarnos en temas triviales que afectan al skyline o perfil de la ciudad. Y resulta que la solución la tenemos delante de nuestras narices, situado al este de Málaga se encuentra Pedregalejo, uno de los puntos más bucólicos de nuestra ciudad sobre el que se ha pensado poco o nada y presume de la esencia que ofrece nuestra Málaga y otros se empeñan en buscar cuando ya existe. Como muestra sus señas de identidad se basan en las pintorescas  calas de las playas, los agradables paseos por el sencillo y coqueto paseo marítimo que ofrece una combinación de tradicionales casas de pescadores, bares y restaurantes con una gastronomía basada en el aclamado “pescaito” y un servicio a demanda de quienes buscan algo distinto. Con su representativa procesión de la Virgen del Carmen, la lucha constante de Astilleros Nereo por mantener la historia contra quienes se empeñan en hacerla desaparecer, las múltiples nacionalidades de los alumnos que eligen el destino por la tranquilidad, los servicios y la calidad de vida que ofrece la zona. La solera de los colegios se siempre como las Esclavas, Presentación, Asunción, etc. La antesala de los Baños del Carmen que resiste como ruinas griegas. El entramado de caserones que esconden la interesante historia moderna de una parte de la sociedad malagueña. El arroyo Jaboneros que trepa como vía verde hasta las faldas del Monte de San Antón. Con Bobby Logan dormido a la espera de un mejor despertar que lo integre en el barrio. Un orgulloso club de remo que pasea y compite con las jábegas de Romaguera. Gastronomía, educación, historia, cultura, medio ambiente, deporte, etc. ¿qué más se le puede pedir a Pedregalejo para ser considerado la joya de la corona de Málaga? Mientras, y a la espera de decisiones que sean acertadas, que lo dejen como está.

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