Cádiz

Se hacían pasar por operarios del gas para estafar y robar a ancianos

De esta manera los arrestados, dos vecinos de El Puerto de Santa María, llegaron a obtener 300 euros y joyas valoradas en 2.000 euros

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  • Policía Nacional

Dos hombres que se hacían pasar por empleados de empresas de gas, agua y electricidad para acceder a domicilios de ancianos, estafar a sus moradores y sustraerles joyas y dinero han sido detenidos en Marbella por la Policía Nacional.

Los arrestados elegían como víctimas a personas mayores que vivían solas y que, además, desconocían la normativa y requisitos legales e iban provistos de supuestos carnés acreditativos, instrumental, ropa de trabajo -en ocasiones con uniformes serigrafiados con logotipos de empresas- y talonario de facturas.

Cuando se encontraban con la negativa de los titulares a facilitarles la entrada a la vivienda, y para garantizarse su acceso, les asustaban con distintas artimañas como la existencia de un riesgo grave de fuga o explosión que podía acabar con la vida de alguno de sus vecinos, según ha informado la Policía en una nota.

De esta manera los arrestados -dos vecinos de El Puerto de Santa María (Cádiz) de 23 y 36 años, respectivamente- llegaron a obtener 300 euros y joyas valoradas en 2.000 euros de dos de las víctimas y asediaron a otras a las que estafaron por falsas revisiones.

Las investigaciones comenzaron cuando una persona denunció que echaba en falta varias joyas de su domicilio, a raíz de que un individuo hubiera realizado en su vivienda una revisión de gas.

A partir de esta información, los agentes realizaron varias pesquisas que les permitieron comprobar la existencia de otros tres hechos similares en Marbella, por lo que establecieron un dispositivo específico que acabó con la identificación, localización y detención de los presuntos autores.

Según la Policía, una vez en el interior de los inmuebles, los falsos operarios simulaban realizar el mantenimiento o revisión de la instalación por la que posteriormente cobraban a las víctimas una cantidad abusiva que oscilaba entre los 200 y los 390 euros.

En ocasiones, mientras que uno de ellos inspeccionaba la instalación, el compañero aprovechaba con cualquier excusa para ausentarse del lugar y moverse por la vivienda con el fin de hurtar el dinero y joyas que encontraba.

Además del perjuicio económico causado, los falsos operarios, carentes de la habilitación de instalador, en algunos de los casos dañaron las instalaciones debido a la manipulación que realizaron intentando justificar el cobro de la inspección.

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