Andalucía

La Junta se abona al conflicto cero en sanidad y educación

Díaz no acepta más protestas masivas ahora que salta a la política nacional. Hará cambios en Infantil tras una manifestación este jueves de 3.000 personas.

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  • Díaz, en Málaga -

Que no se mueva nada. Conflicto cero. Ése fue el mensaje que lanzó Susana Díaz a sus consejeros hace meses para taponar cualquier atisbo de grieta en su gestión y, de paso, evitar que se embarrase el largo camino que aún le quedaba por pisar hasta llegar este domingo a Madrid para ratificar que quiere sentarse en el primer sillón de Ferraz. El desgaste de la crisis sanitaria hizo daño. “Ni una más”, debió susurrar la presidenta a sus subordinados. De ahí derivó la defenestración de buena parte de la cúpula de la Consejería de Salud y la derogación por la vía rápida de las fusiones hospitalarias que habían echado a la calle a miles de ciudadanos en casi todas las provincias.

La receta volvió a aplicarse con la educación concertada, que amenazaba con movilizar también a patronal religiosa, padres y alumnos. La solución a medias de hacer el menor daño posible en la eliminación de acuerdos y aulas ha taponado el amago de protestas. En los últimos días ha habido síntomas de que la táctica ha llegado para quedarse. Díaz no piensa consentir más sobresaltos porque a partir del lunes en su currículum de aspirante real a la Secretaría General del PSOE deben figurar los méritos de gobernar la mayor comunidad autónoma de España, la de mayor población, la que proclama que ha salvaguardado los derechos y prestaciones públicas en época de tentaciones privatizadoras y de recortes del PP.

A Aquilino Alonso, por ejemplo, le ha tocado masticar el trance de aniquilar las fusiones hospitalarias y de perder a parte de su equipo en forma de dimisiones, forzadas o no. Este jueves también asumió que le tocará negociar con las mareas blancas que la atención sanitaria que preste el SAS durante los meses de verano sea “adecuada a las necesidades de la población”. También “revisará” con ellas todos los planes de actuación del Servicio Andaluz de Salud. Eso, traducido, implica que su departamento se aviene a negociar con todas las partes implicadas en el sistema público de salud cuántos efectivos atenderán a los ciudadanos en cada centro de salud y hospital. La Junta no dará más palos de ciego. Se pliega y abre la mano a un diálogo al más alto nivel porque ya ha sufrido en carne propia el coste político y social de perder el contacto real con las necesidades de los usuarios. 

Este jueves también se ha intentado cerrar la nueva vía de conflicto que esconde el recién estrenado decreto de Educación Infantil. La patronal que agrupa a las escuelas privadas y concertadas de edades más tempranas (0-3 años) y las familias han lanzado el primer aviso a la Consejería de Educación con una protesta de 3.000 personas contra el laberíntico sistema de matriculación y de acceso a las bonificaciones. El departamento de De la Calle emitió el miércoles con urgencia un comunicado y ayer lanzó otro para calmar ánimos. La propia presidenta se ofreció a mejorar la normativa durante un acto que celebró en Málaga.

Ni un fallo más

Sanidad y educación. Son las dos parcelas en las que Susana Díaz proyecta la salvaguarda del Estado del Bienestar que cree que el Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho tambalear en los últimos cinco años. Si hay protestas en Andalucía poco puede reprochar a Madrid, de ahí que intente cicatrizar cualquier amago de herida. El comunicado sobre las guarderías llama a la “tranquilidad” y augura retrocesos en puntos polémicos. Por ejemplo, que se pueda matricular más allá de mayo y que tras esa fecha también se pueda acceder a becas, dos de los grandes temores. Si hay que modificar parte del decreto, se hará. Díaz no está por lalabor de sembrar tensión. Eso sí, las familias no están convencidas de tanta buena voluntad y anuncian más ruido.

Aluvión de actos con vertiente social

Susana Díaz no deja hueco en su agenda desde que decidió que ahora, por fin, toca dar el salto a Madrid. En los últimos días el acelerón se ha mantenido pero además con una clara vertiente social para mostrar más cercanía que nunca al ciudadano. En una semana ha inaugurado un hospital en Ronda, este jueves visitó otro en Málaga y ha paseado por centros de estancia diurna en Brenes y de servicios sociales en Castilleja.

 

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