Del amor al odio, dicen, hay una difusa línea que los separa. Algo parecido empieza a florecer entre los que fueron socios y pilar del equipo de Gobierno del extinto tripartito portuense. Levantemos ya ha dejado patente que no será un amigo en la travesía del desierto que aún le aguarda a PSOE e IU en esta inhóspita legislatura.
Levantemos ya se ha pronunciado y mostrado claramente que seguirá fiel a sus principios y no permitirá, que por mucho pacto, acuerdos e idearios más o menos afines, no se lo va a poner fácil al Ayuntamiento.
Del Gobierno a la oposición hay un paso, y ese precisamente es el que ha dado al frente para que la formación que lidera José Antonio Oliva haya dejado claro que no, que no está de acuerdo en cómo David de la Encina y su escudero Antonio Fernández están gestionando la parcela más social y laboral del pacto progresista firmado entonces.
Oliva va mucho más allá y pone en tela de juicio la “cobardía” y el argumento “contenido vacío” de las directrices que están marcando en su manera de actuar.
La oposición de Levantemos servirá aún más para debilitar un bipartito que los va a tener en frente, por muy cerca físicamente que los tenga en el Pleno. Un Pleno que va a tener que armarse de valor y de ideas para neutralizar la oposición que se espera de Levantemos.
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