El pasado 19 de abril cerca de 700 personas desaparecieron tragadas por las aguas mediterráneas en un intento por buscar nuevos y esperanzadores horizontes para sus vidas. En la misma semana otras 400 más corrieron el mismo destino cuando su embarcación se hundió frente a las costas de Libia, ¡más de 1000 vidas humanas en apenas unos días!
Por desgracia esta situación no es un hecho aislado, sino que se produce con una frecuencia que a pesar de ser muy numerosa no consigue acostumbrar la retina de quienes oteamos al otro lado de la orilla y es que resulta estremecedor acercarse a la cifra que nos recuerda cada año las personas que comparten este trágico destino.
Solo el año pasado, 3.419 “nadies; hijos de nadie, dueños de nada” que “ninguneados, corriendo la Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos” salen despavoridos de sus casas, abandonando sus tierras y sus gentes en busca de dignidad, encontrando como única morada un gélido y oscuro fondo marino, aunque no lo suficientemente profundo como para acallar los sollozos y gritos de dolor e impedir que salgan a la superficie retumbando en nuestros oídos y resquebrajando nuestra conciencia.
El Foro Social consternado, afligido, lleno de rabia e indignación, conmovido por estos hechos y en solidaridad con quienes sufren tales atentados contra sus vidas, siente un profundo sentimiento de hermandad que le lleva a hacer nuestro vuestro dolor y nuestra también vuestra lucha por una vida plena y digna, alza su voz en grito reclamando justicia y así rescatar todo el dolor y sufrimiento que ha quedado silenciado en los fondos marinos.
Queremos poner de manifiesto que:
Reconocemos vuestro legítimo derecho a buscar la felicidad superando cualquier barrera que suponga una frontera. Nos reconocemos como vuestros hermanos y hermanas, somos de la misma familia y nuestro hogar es el planeta Tierra.
Nos avergonzamos de las prácticas colonizadoras de países que durante siglos permitieron el saqueo de vuestros recursos naturales y que os han llevado a la miseria que ahora padecéis. Ellos también son nuestros enemigos y no representan a la raza humana.
Levantamos nuestro dedo acusador para culpabilizar como primer causante de tanta tragedia a los gobernantes con nombre y apellidos que en nombre de la defensa de los derechos humanos no hacen sino ocultar sus verdaderos intereses imperialistas, generando los conflictos bélicos que ahora os hacen huir de vuestros hogares.
Exigimos a las instituciones responsables el coraje y valor suficiente para tomar medidas vertebradas bajo un criterio humanitario que anteponga el derecho y bienestar de las personas frente a los intereses económicos, políticos y militares.
Consideramos cómplices a todos aquellos colectivos, partidos políticos y equipos de Gobierno, tanto a nivel local, regional, estatal e internacional que diseñan sus políticas orquestados bajo las órdenes de intereses capitalistas, potenciando un orden de las cosas en el que la rentabilidad económica y en beneficio del poder prima sobre la consideración de que todas las personas somos iguales “sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social”, derecho este, reconocido en numerosas constituciones a nivel mundial y escrito sobre papel mojado, tan mojado como cada uno de los cuerpos a los que hoy rendimos nuestro más sincero, emotivo y fraternal homenaje.
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