El Puerto

La Ermita a San Ginés de la Jara

El proyecto, además de la construcción de una capilla, implicaba la creación de una romería en torno a San Ginés.

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  • Proyecto. -

Hace unos días, mirando entre periódicos viejos, pude rescatar una noticia bastante interesante publicada en “La voz de la Bahía” el sábado 19 de marzo de 1966. La noticia se titulaba así: “Un proyecto que puede ser una realidad. La ermita a San Ginés de la Jara”.

El autor del proyecto era Manuel García Repeto (archivero-bibliotecario de la Academia de Bellas Artes) el cual proponía la construcción de una ermita al santo, en algún lugar donde converjan las poblaciones de Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María, ya que bajo esta advocación se realizaban todos los años las faenas de la vendimia del Marco.

El proyecto, además de la construcción de una capilla (“Nosotros aportamos al proyecto un dibujo de lo que podría ser la ermita. Algo así, poco más o menos, podría hacerse”), implicaba la creación de una romería en torno a San Ginés, en la cual participarían las ciudades vecinas y relacionadas con el mundo del vino (en el artículo se reseñan las poblaciones de Trebujena, Chipiona, Rota, y Chiclana de la Frontera). El pretexto real para la romería se dividía en dos esencialmente. Por una parte, mejorar y ensalzar la “Fiesta de la Vendimia”.

Por otra, incrementar la devoción al “Santo abogado del vino y de las viñas”, con una romería popular llegando a querer compararla con las de Nuestra Señora del Rocío o Nuestra Señora de la Cabeza (en el texto se hace esta pregunta: “¿por qué nuestra provincia no puede tener una tan popular como ésta, que con un poco de buena voluntad podría iniciarse este año?”).

En fin, un artículo bastante interesante de lo mucho que ha trabajado y trabaja por la ciudad la Academia de Bellas Artes. La verdad es que ellos se habían fijado en una imagen de este santo que sigue existiendo en la actualidad en la Iglesia Mayor.

Tanto este artículo (1966), como otro escrito por el restaurador Enrique Ortega Ortega en 1994 nos cuenta cómo llega la escultura a nuestro primer templo.

Cofradía en el XVII

Nos relata cómo desde el s. XVII ya parece que contaba con una cofradía y que en el s. XVIII procesionaba con el gremio de cosecheros y el Cabildo Municipal.

También nos relata cómo tras la no construcción de la capilla, pasó a la Capilla de la Aurora y de ahí a la Capilla del Santo Ángel de la Guarda en la Prioral. Tras años en esta capilla, se retiró del culto por el mal estado de conservación de la misma.

La cabeza del San Ginés de la Jara es de madera de abedul y posterior al cuerpo, ya que éste fue realizado anteriormente en madera de pino. Se nos presenta una figura de tamaño natural ataviado con un hábito de color pardo oscuro, una capa marrón también de color oscuro, un cinturón de cuero con un rosario, un escapulario con capucha, barba, un báculo en la mano izquierda y un racimo de uvas en la derecha.

Según nos describe este afamado restaurador nacido en nuestra localidad, la imagen se encuentra en mal estado de conservación. Nos advierte -hace 20 años, cuando se escribió el artículo- que aún se podría recuperar.

Para finalizar el artículo nos dice: “…nos hace ser optimistas ante su restauración, que nos devolvería, por un lado, una excepcional escultura, y por otro, una de las escasas muestras iconográficas que se conservan del patrón de la vid; sin lugar a dudas, de las más acertadas desde el punto de vista artístico”. Todos sabemos de la gran labor que está llevando tanto a nivel humano, como catequético y de restauración el párroco de la Prioral, Diego Valle, por lo que pido a la ciudad en general, empresas del sector y a nuestro Ayuntamiento, la restauración de la imagen para la ciudad.

Creo que puede ser un gran revulsivo turístico, artístico y devocional, ya que se podría usar en cualquiera de las procesiones solemnes que se realizan en la ciudad, para la celebración de la vendimia y si no, simplemente para la recuperación de nuestro legado escultórico.

Estoy seguro que en otras ciudades, en las que la vid está más presente en la vida de sus vecinos, estarían “como locos” por tener una joya como esta. Esperemos que mis palabras no se queden en una mera referencia y se conviertan en una realidad.n

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