El ojo de la aguja

El vals de los corruptos

¿Es que la corrupción en España va ha quedarse como el vals alemán quedó en insoslayable música para los teutones y para el mundo?

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¿Es que la corrupción en España va ha quedarse como el vals alemán quedó en insoslayable música para los teutones y para el mundo?

¿Hasta adónde puede llegar esta España actual dejando en este camino de tunantes, incertidumbres, desconfianzas, y también, incredibilidad absoluta en todo? A pesar de ello, no tengo más remedio que otorgar mi palabra a favor de ese hombre nuevo en el que se vislumbran atisbos de su presencia, que descubra  y haga verdadera justicia, sin ser maquillada para tales indeseables.

Un hombre nuevo, generacional, que empuja pero que zancadillea, y que sin embargo con la sangre patriótica que le corresponde, ya está dando muestra de lo que apuntamos entre los que se cuentan  las nuevas generaciones de la Guardia Civil, como también esas otras generaciones de fiscales, jueces y juezas, gente  con savia nueva, que mira para atrás antes de mirar para adelante, y pretende con el honor que les ha llevado ha conseguir sus conocimientos, alcanzar unos horizontes más fiables y esperanzadores para el futuro de un pueblo que no se merece estar pasando por los vergonzantes casos, convirtiéndonos en el hazme reír de la Europa que tanto se halaga y tanto se presume. Erradicar está epidemia de corruptos asolapados que están llevando al pueblo y al ciudadano al abismo de la democracia.

Es lamentable y doloroso escuchar a una parte de estos personajillos en el Congreso mintiendo, y con mágica jeta convertir la mentira en tal verdad que hasta ellos mismos se las creen. Despampanante. Personajillos, ese me parece el adjetivo más indicado, y que se ven por encima de todos los egos posibles. Increíble, que se insultan, dañando desde todos los ángulos una lengua tan rica como la  nuestra.

Se hace necesaria la labor desnuda y sincera en entregas de ese cuerpo que da ejemplo, como es la  Guardia Civil, que goza de un bagaje histórico difícil de emular. De jueces, fiscales y juezas que esperan pacientes su momento, en el actual papel de sucedáneos, cargados de juventud para con ello demostrar sus valías. Un momento que tiene que llegar cuando se deje de señalar con el dedo político al que interesa para engañar.

Más arriba de todo eso debe estar un gobierno que se sepa mirar al espejo y distinga su cara real, que es la del pueblo, de esa otra que se refleja en el espejo para encorbatarse. Un gobierno que sepa desnudarse desde los adentros y no continuar manipulando lo verdadero.

¿Adónde irá a parar la dignidad de los españoles y el futuro que no vemos? Complicado mientras que este presente la corrupción  como algo normal e inevitable.

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