El ojo de la aguja

La sinrazón

Vengo de mucho tiempo confundiéndome con la realidad de las cosas, me escapé de un punto indefinido del éter, y me mudo de ropaje continuamente

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

Vengo de mucho tiempo confundiéndome con la realidad de las cosas, me escapé de un punto indefinido del éter, y me mudo de ropaje continuamente, tratando de ocultar mi innata oscuridad en el colectivo de la humanidad. Es muy cierto que cada vez  el amplio e inacabado terreno se me presenta más propicio. Las hipótesis, los argumentos, los viales que conducen al esclarecimiento se pierden en los laberintos de mis tentáculos, porque la luminaria de mis anteluces atraen, tergiversan  y en la confusión se elevan como la más descafeinada de las mentiras inimaginables por descubrir. Me muevo de continuo en todos los frentes y poco a poco estoy consiguiendo en el arrope de la palabra mis avances más importantes. En todos los idiomas me rinden pleitesía, y es que, a pesar de mi condición milenaria, en estos tiempos que corren tan propicios, me tienen como la novedad más importante, y lo que es más significativo, como el armamento más efectivo de los más poderosos. Los hay a nivel individual, que ya me conocen perfectamente y me tratan y me miman y me llevan bien guardado en maletines herméticamente cerrados, en ordenadores ocultos bajo extrañas y indescifrables claves. Otros, menos importantes, me ponen en tela de juicios mientras que, ellos, despampanantes, se embadurnan de riquezas y oropeles. Puede que  también sea porque me conocen de distintas maneras, tratan de ponerme zancadillas, me atosigan porque siguen mis huellas para descubrir mis intenciones. La verdad es que todos están al tanto de mi presencia, y cada uno en particular también trata de saber la forma de dirigirse a mí, según la finalidad y el propósito.
Yo siempre tengo trabajo, no sé lo que es guardar cola, se me presenta en los grandes conflictos bélicos que afloran ahora en el planeta. Siempre me pongo del lado del más fuerte, porque mi genética es de prepotencia, y llevo a muchos gobernantes bajo el ciclo de mis premisas, para que mi dominio se haga cada vez más fuerte y consolidado. Me han descubierto muchas veces en los pasillos de las cárceles, en los juicios que no tuvieron enfoques ni cámaras, en los campos de concentración, en las grandes injusticias que se apiñan por legiones en las tinieblas de los tiempos. He puesto punto indefinido a las rebeliones, a los grandes conflictos laborales, porque unos de mis tentáculos es el miedo. Mis quehaceres van en aumento y sin darme cuenta estoy por encima de los mandatarios con corbatas ajustadas y que creen que dan el pecho. Tengo los que están a mi favor, pero también aquellos que me repudian, pero cuento por mi condición natural con esa mayoría necesaria en todos los idiomas, creando un estado expectante en todos los pueblos de la faz de la tierra. Noto de una manera poderosa que mi presencia hoy se está haciendo más necesaria en todas la latitudes, organizaciones, comunidades, grupos y arcanos pueblos, porque prefieren mejor esgrimir mi estado de confusión en el mundo de las cosas. Tengo ya más que usados todo tipo de ropajes, puede que cualquier día sea llamado al fracaso, aunque la razón, espera en la acera de enfrente un rayo de luz, o en el peor de los casos que me quede dormida finalmente en el laberinto de los tiempos.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN