El ojo de la aguja

Si no hay acuerdo ¿moneda al aire?

Este país no puede estar condicionado a la situación actual, porque, supónganse, y más de uno ya lo está diciendo, “estas elecciones que vengan serán casi igual que las anteriores”, entonces, ¿ para qué nuevas elecciones?

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Sin lugar a dudas esto de la repetición de las elecciones trae a más de uno de cabeza, sea del partido que fuere, y todo por la amalgama de diversidad, ya no ideológica, visto lo visto y teniendo en la vanguardia la mayor desvergüenza  que existe en una país altamente corrupto. Ante tales circunstancias, otra vez como apuntamos elecciones generales que ya en el pueblo están generando un alto grado de controversias desde todos los frentes, de tal modo que hasta el mismo Rey, Felipe VI, pide en las susodichas campañas “austeridad”. Si los partidos políticos disponen ya de por si por ley de unos emolumentos que no se pueden corregir, ¿cómo puede haber austeridad en la campaña que está a la vuelta de la esquina? La verdad es que el pueblo ya esta más que harto de los fracasos de una política que hasta ahora, sálvese el que puede, medra desde todos los resquicios. Uno deja de darle vueltas a la cabeza y busca el paralelismo político en más o menos con lo que sucede en el fútbol, o deporte de análogas características,  y me refiero a ese no entendimiento de los partidos a la hora de los pactos, por enfrentados motivos de todo tipo, que si tú no, que si yo sí, y que el otro al aguardo, con la escopeta a que pase la perdiz cuando es levantada por los jaleadores. Un conglomerado de despropósitos con la finalidad de mirar hacia arriba pero nunca por debajo de esta palabra. Ya va siendo hora de que lo que se dice política tome el rumbo, los verdaderos derroteros, que el pueblo llano, padece, sufre en sus carnes, el desempleo, los robos y corrupciones a mansalvas, delincuentes de este gremio, que entran en la cárcel y salen de las mismas como Pedro por su casa, sin devolver nada, viviendo la vida padre, con suntuosos yates, aviones, terratenientes que superan a los de antaño a costa del dinero público, que es bien distinto, antes eran explotadores de las personas, “sí mi amo”, que todavía se escucha en algunos rincones de nuestro país. en pleno siglo XXI,  con esto hay que acabar. Este país no puede estar condicionado a la situación actual, porque, supónganse, y más de uno ya lo está diciendo, “estas elecciones que vengan serán casi igual que las anteriores”,  entonces, ¿ para qué nuevas elecciones?, ¿cuál es la mejor solución? Volvemos al fútbol, si no gana nadie frente al icono de la negativa, no vendría mal que antes del nuevo  pseudopaseo de los pactos, se recurriera a esa medida balompédica que casi está ya erradicada del fútbol, solo utilizada por los árbitros a la hora de elegir el equipo el campo preferido,  antes de iniciarse el juego  y no es otra que la moneda al aire, siempre en caso de empate,  y si son más partidos los que ansían  la poltrona, como ocurrió en las anteriores elecciones, y no admiten la “condena del acuerdo”,  si no se utiliza  la moneda al aire, recurrir a otro tipo de juego de azar, que mira que los hay, que se lo pregunten a Rapell, sería una forma más real y participativa del pueblo, de esta manera no habría que ponerle cara a los políticos como venerados ni tampoco crucificarlos con la máscara.

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