El ojo de la aguja

Rilke y su muerte

Se hace necesario conocer las fuentes originarias de la depresión que acompañó a Rilke hasta el final de sus días: un pinchazo en un rosal cuando cogía rosas para su amiga Nimer Eloui y el posterior análisis de sangre pusieron al descubierto la leucemia

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Se cumple en el mes de febrero del próximo año el aniversario de la estancia del poeta austroalemán Rainer María Rilke (Praga, 1875-Montreaux, 1929)  en la ciudad de Ronda, a la que llegó para sofocar una fuerte depresión antes de su traída y llevada muerte, una muerte que, por la trascendencia mística de su obra, la apropian como dulce, romántica, ajena a cualquier atisbo de locura, dada su consabida delicadeza y expresividad reflejada en todos sus poemas y su obra en sí. Rainer María fue un poeta muy delicado, sus poemas estaban cargados de una extraña y exquisita  profundidad simple y sentimental como se contempla en ‘Elegía de Dwino’.
Se hace necesario conocer las fuentes originarias  de la depresión que acompañó a Rilke hasta el final de sus días: un pinchazo en un rosal cuando cogía rosas para su amiga Nimer Eloui y el posterior análisis de sangre pusieron al descubierto la leucemia. Rainer escribía a su amigo Kassner: “ He caído enfermo de una manera terrible, infinitamente dolorosa, una modificación poco conocida de las células en la sangre se convierte en fenómenos más crueles desparramados por todo el cuerpo. Yo nunca pude mirar el dolor de frente, aprendo a habituarme al dolor anónimo. Lo aprendo con pena en medio de cien rebeldías y de un sombrío asombro”.
Rainer María Rilke solicitó ayudas en los momentos finales de su vida  para acompañar a su muerte. Su concepción del universo  que proclama  en la ‘Elegía de Dwino’ le sumerge en una pasión mística y visionaria, ayudas y consuelos postreros pudieron hacer su ida definitiva menos lesiva, aunque los conocidos síntomas que precedieron a la misma tuvieron que ser como el de todos los leucémicos  de los años veinte del  siglo  pasado, cuando esta terrible enfermedad no se podía combatir debidamente.
Rainer María Rilke seguirá siendo noticia por el aniversario de su estancia en España, un motivo por el que, como cada año por estas fechas, se dan cita en Ronda, ciudad donde residió,  poetas y literatos que rememoran al insigne  vate y su obra contemplativa. Actos culturales y lecturas de poemas reviven la obra y el paso de Rainer María por esta bella ciudad malacitana, que permanece indeleble en la memoria de aquellos artistas y escritores amantes de la obra del gran poeta austroalemán que recaló, como hemos apuntado antes, en nuestra tierra buscando la luz experimental y  natural que nos alumbra, tan deseada por unos y tan envidiada por muchos, para hacerle más consonante su despedida.

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