El ojo de la aguja

Luis 'El del Son'

Luis García era un flamenco cabal, aunque su trayectoria flamenca nunca pasó de los mostradores de tabernas y zampusos

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A uno le cupo la suerte de conocer en aquella época dorada del flamenco, a un hombre que se hallaba identificado con la historia de los cantes de Huelva, aunque siempre estuvo entre bastidores, y pienso que nunca se le hizo justicia en su andadura dentro del flamenco local. Se trata ni más ni menos que de Luis García, apodado “El del son”, vecino de toda la vida de la antaña y desaparecida calle San Sebastián.
Debemos aclarar primeramente el porque el apodo de “El son”; pues sí, Luis García era un flamenco cabal, aunque su trayectoria flamenca nunca pasó de los mostradores de tabernas y zampusos. Con Luis García nos hallábamos vinculados familiarmente, ya que estaba casado con una prima hermana de mi madre. A Luis García le viene el apodo por lo siguiente: en aquel tiempo, Luis García acompañaba a los flamencos de Huelva en sus cantes, sustituyendo la guitarra, golpeando con los nudillos de las manos el mostrador y cogiendo el compás.
Luis García ‘El del son’, paraba mayormente en la taberna ‘Casa Márquez’, ya desaparecida, o mejor dicho trasladada con otros propietarios a lo que fuera el callejón Palomeque. ‘Casa Márquez’ fue fundada por el abuelo de nuestra querida y admirada amiga, fenomenal cantaora de flamenco, Rocío Márquez Limón. Su abuelo, el fundador, al que aún vemos con frecuencia,  es un asiduo lector de Viva Huelva.
Una tarde, más bien tarde, en ‘Casa Márquez’, cuando ya regresaba del Colegio Francés para casa, escucho una voz melódica, inconmensurable, el mostrador estaba completo y casi al fondo, con los nudillos de las manos, como Luis lo hacia, estaba acompañando al cante nada más y nada menos que a Pepe Marchena. Desde aquella escena inolvidable me caló en lo más hondo el flamenco.
Recuerdo que Luis García si fue recordado para la posteridad, por ese gran flamencólogo, maestro de escuela, flamencólogo que obtuvo la cátedra de Jerez y que vivió en el callejón de Don Bruno, Francisco López Jara, que fue republicano, padre de la tonadillera onubense, Carmen Jara y del showman flamenco, Rafael Jara, así como de su hija más pequeña Marisol (Soledad), que se caso con Paco Gordillo, representante de Raphael.
Luis García me citaba a cantaores que acompañó, como Pepe Muñoz ‘El feo’ Antonio Garrido ‘El Pipa’, Antonio ‘Sin uñas’, Manuel Mora ‘El Comía’, Antonio Rengel, Paco Isidro, Pepe Rebollo, Antonio ‘El guapo’, Manuel González, ‘Cojo de Huelva’, Antonio Barrios ‘Niño del Parque’, Antonio Ramos, “El gañita”, Antonio Garrido “El Pipa”, Manuel Melchor, Manuel Gómez, ‘El Carnicerito’, José Gil Flores, Manuel Zamudio ‘El Caracol’, Manuel Cerrejón, José Sanz, Joaquín López Garrido, Hipólito Moreno, Sebastián ‘Niño de la Barra’, Diego Rengel, Manuel Limón ‘El Buche’, Manuel Castilla, Antonio Toscano y Paco Maestre, este último vivía en Viaplana.

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