El Loco de la salina

Hoy es mi cumple

Por favor, no me vayan a desear nada malo, pero tampoco me vayan a felicitar, porque estoy de felicidades hasta el mismo sitio.

Por favor, no me vayan a desear nada malo, pero tampoco me vayan a felicitar, porque estoy de felicidades hasta el mismo sitio. ¡Qué hartura de felicidades, de feliz año, de feliz cumpleaños, de felices fiestas! ¿No se cansan de desear un bien tan escaso como imposible? No les voy a decir cuántos años cumplo hoy, pero les adelantaré que paso sobradamente de los cuarenta. Los locos han venido ya a felicitarme; solo faltan ustedes.

Soy capricornio, palabra compuesta de “capra” (cabra) y de “cornu” (cuerno) con perdón, que viene a significar en definitiva “macho cabrío”.  Como alguien se meta conmigo, le abro la cabeza. Con lo de cabra lo han clavado, aunque con lo de cuerno espero que no. Como aquel al que le preguntaron cómo se llamaba, y respondió: Yo me llamo Manuel Cuerno Puesto, Cuerno por mi padre y Puesto por mi madre. En fin, que seré Capricornio porque los locos estamos como auténticas cabras.

Mi amiga Carmen dice que hay que creer en los horóscopos, en la conjunción de los astros y en la influencia de las estrellas del universo cosmos. Yo no me creo nada de eso y para demostrarlo he ido a mirar cuáles son las características más importantes de los Capricornio. Dicen que mi elemento es la tierra; mentira cochina, porque mi elemento y donde me siento más a gusto es en la playa. Señalan que mi estación preferida es el invierno. Es que no dan ni una; lo mío es el verano puro y duro. Que mi carácter es generoso. En esto quizás acierten, porque catalán no soy.

Dicen que a mi favor está el que soy ambicioso (será porque me conformo solamente con el bote de una buena primitiva), decidido (no sé, quizás, a lo mejor…) y cuidadoso (será porque tengo mucho cuidado en no pisar las cagadas de perro); y en mi contra, que soy pesimista (es que el Madrid lo tiene muy jodido), tímido (lo prefiero a no tener vergüenza) y rencoroso (como coja al que dice eso, se va a enterar). Dice el del horóscopo que mi día de la semana es el sábado; no se ha enterado todavía de que a mí lo que me va es cualquier viernes menos el de dolores. Que mis colores favoritos son el gris oscuro, el marrón, el negro y el castaño. No aciertan ni una. Muero por los colores vivos y alegres, el marrón ya lo tiene Rajoy, y el negro vamos a dejarlo para el tanatorio. Que mi planeta es Saturno. No. Mi satélite es la Luna, que es donde suelo estar la mayor parte de mi tiempo. Que las piedras preciosas y mis metales preferidos son el plomo, la turquesa, el amatista y el azabache.

Estos profetas tiran a voleo; y el oro ¿qué? Y ya para terminar dicen que me va la política, las montañas, los obstáculos, el frío, las minas…Se han vuelto locos. La política dejó de interesarme al ver la cantidad de parásitos que viven del tema y no se van de la bicoca ni a tiros; las montañas no, que están cuesta arriba; los obstáculos tampoco, que te complican la vida; el frío menos; y la mina vamos a dejársela a Antonio Molina.

En fin, que ya ven que el horóscopo no acierta ni una. El futuro está por escribir por mucho que los videntes se esfuercen en manipular a los imbéciles que les llaman todas las noches. En todo caso, como sé que mis escasos lectores me tienen cierta estima, gracias por desearme hoy cositas buenas.

 

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