El Loco de la salina

Yo también quiero ser independiente

Dicen que la democracia se demuestra en las urnas, pero no se atreven a defender que vote todo el manicomio.

Hay demasiada gente que piensa que los locos no tenemos ni cerebro ni sentimientos. Aunque reconocemos que nuestro cerebro está tocado, de sentimientos andamos bien. Resulta que los expertos no paran de decirnos que la unión hace la fuerza, que todos juntos llegaremos a no sé dónde pero que llegaremos, que separados no vamos a ningún sitio, que lo importante es sumar… Pienso sin embargo que, tal como están los precios y para que no nos engañen, tan importante es sumar, como restar, multiplicar y dividir. Pues bien, los de la segunda planta dicen que ellos quieren volar por su cuenta. Los demás decimos que les abran ya las ventanas del piso más alto. Aseguran que mueren por ser independientes y traen de cabeza a todo el manicomio entero. Iba a decir que los de la segunda planta están locos, pero viviendo aquí encerrados es evidente que lo están. Al director del manicomio también lo traen loco, porque el hombre los conoce bien y los tiene catalogados como moscas cojoneras.El pobre daría la vida por tenerlos muy lejos, más lejos todavía, pero disimula como puede. A mí lo que me extraña es que estos de la segunda planta se tiren todo el día y toda la noche hablando de ser independientes y sin embargo, cuando llega la hora de comer, todos bajan al comedor y no perdonan ni el postre. Llega la hora de jugar al fútbol en el patio y juegan en la liga que los demás locos organizamoscomo si les fuera la vida en ello y encima la ganan algunas veces. Cuando el dire reparte el poquito presupuesto con el que nos organizamos, ellos son los primeros de la fila para cobrar y nunca están conformes con lo que les corresponde. Por el tiempo que llevan encerrados contemplando las ventanas de sus celdas se han hecho una bandera particular a base de barrotes de colores. Llevamos mucho tiempo soportando sus impertinencias, pero los demás locos estamos ya hechos a que no hay quien los saque de su obsesión por la independencia. Ahora les ha dado por que se vote lo suyo y se han puesto como locos a comprar urnas, por supuesto con el dinero del resto del manicomio. Dicen que la democracia se demuestra en las urnas, pero no se atreven a defender que vote todo el manicomio, no vaya a ser que la democracia dicte lo que a ellos no les gusta. Y sin embargo son torpes, porque, si votara todo el manicomio, seguro que iban a tener la independencia del tirón. Por ese detalle no parece que sean muy listos.En todo caso, la cosa se está poniendo chunga,porque hay locos en mi planta que le bailan el agua y les dan golpecitos en la espalda. Por eso ante el follón que se avecina yo no voy a ser menos. Ya se lo he dicho al dire a bocajarro: yo también quiero ser independiente.La primera medida que quiero que tome es que salga de mi cuarto el loco que de tanto roncar no me deja dormir por las noches. Y, cuando se vaya, que no se lleve la escupidera, que es mía de toda la vida de Dios. Ya sé que el dire se opone a que yo sea independiente, pero ya le he dicho que aquí se va a votar y, como salga lo mío, a correr. Ya le he dicho también que sería estupendo que dialogáramos, pero que al final yo voy a hacer lo que me dé la gana.Y es que, si alguien suspira por la libertad y por ser totalmente independientes, somos los locos. Mucha razón tenía Voltaire cuando decía: “Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento, y muera el que no piense como yo”.Y, puestos a ahorrar, como hacen los de la segunda planta, me voy a ahorrar hoyla gran cantidad de comentarios gruesos que me vienen al coco.

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